10/04/2020, 21:54
Tanta era su concentración en la misión, que el chico no se había dado cuenta hasta el momento de que nadie estaba vigilando el cargamento que Búho había intentado mover a la madrugada. Por un breve instante pensó en ir a echarle un vistazo, mirar si aún estaba ahí en mitad de la calle, cerca de la casa de Rao. Pero su pensamiento se vio drásticamente eclipsado por un rugido fiero y resonante, un sonido al que no pudo evitarle importancia.
*RRRRGGGGGGGGRRRRRRRRR*
Su estómago le pedía a gritos —literalmente— que comiese algo. Realmente no era de extrañar, criar esa masa de músculos requería de una buena tarea, no era meramente gimnasio. El chico se llevó ambas manos a la barriga, y terminó por levantarse. Sí, tenía que comer algo, definitivamente tenía que hacerlo.
Tomó de su bolsillo unos cuantos billetes, y con su circo aún montado, caminó tambaleante hasta el puesto de venta que había visitado ya varias veces. Plantó el dinero en el mostrador, y tomó lo primero que tuviese a mano para comer. Ya fuese un poco de carne, o quizás algo de bollería, sería bueno fuese lo que fuese. Por otro lado, ni le dirigió la palabra al hombre, no tenía demasiado tiempo que perder.
Con las mismas, y comiendo en el camino aquello que pudiese haber tomado, el Inuzuka tomaría dirección hacia el carro de Búho. Lejos de quedarse allí observándolo (Si es que aún estaba allí), destaparía la mercancía, para averiguar de qué se trataba.
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Su estómago le pedía a gritos —literalmente— que comiese algo. Realmente no era de extrañar, criar esa masa de músculos requería de una buena tarea, no era meramente gimnasio. El chico se llevó ambas manos a la barriga, y terminó por levantarse. Sí, tenía que comer algo, definitivamente tenía que hacerlo.
Tomó de su bolsillo unos cuantos billetes, y con su circo aún montado, caminó tambaleante hasta el puesto de venta que había visitado ya varias veces. Plantó el dinero en el mostrador, y tomó lo primero que tuviese a mano para comer. Ya fuese un poco de carne, o quizás algo de bollería, sería bueno fuese lo que fuese. Por otro lado, ni le dirigió la palabra al hombre, no tenía demasiado tiempo que perder.
Con las mismas, y comiendo en el camino aquello que pudiese haber tomado, el Inuzuka tomaría dirección hacia el carro de Búho. Lejos de quedarse allí observándolo (Si es que aún estaba allí), destaparía la mercancía, para averiguar de qué se trataba.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~