12/04/2020, 01:56
—Me gustaría conocer a tu maestro, seguro que puedo aprender mucho de él. ¿Tendría algún problema? —Por probar no perdía nada, si conocía la forma de actuar de más marionetistas conseguiría ampliar sus miras y mejorar seguramente. —La verdad es que es una idea muy ingeniosa, si nuestras Aldeas conocieran esto... Un montón de shinobis y kunoichis que han perdido sus brazos en acto de servicio podrían volver a ejercer, nuestra capacidad de actuación en misiones sería mucho más amplia y eficaz. —Su cabeza comenzó a barajar la infinidad de opciones que daba eso, era... maravilloso. —También ayudaría a la gente a pasar un trauma por una amputación, el dolor fantasma desaparecería más fácilmente... —Comenzó a bajar su tono y a hablar algo más despacio, se había emocionado. —Bueno, voy a parar, pero es una gran idea.
—Piensas de una forma bastante amplia y optimista, Takumi-san —señalo con una sonrisa.
Era agradable encontrarse con alguien que, a pesar de ser diferente, resultase interesante: él se hubiese limitado a hacer preguntas que solo caerían en el dominio de su interés personal, buscando saciar un anhelo propio; pero allí estaba aquel chico pensando a gran escala, pensando en cómo hacer un bien a la gente.
—Me gustaría aprovechar la hora del almuerzo para preguntarle Saki-san un poco más sobre aquel artilugio, espero no te moleste —revelo mientras salía del estanque hirviente para ir hacia donde se lavaban los cuerpos—. Esta fuera de mis objetivos originales, pero es algo demasiado interesante para pasarlo por alto.
En cuanto terminara de asearse, les estaría esperando en el vestidor un cambio de ropa para cada uno. Kazuma sabía que en tan poco tiempo no tendrían lista la ropa con la que había llegado, pero tampoco esperaba lo que tenía frente a él: una túnica de seda color verde esmeralda con algunas secciones de rojo rubí y bordados dorados, una cantidad obscena y casi cegadora de bordados dorados.
«Estas cosas son demasiado», se quejó mientras luchaba para colocarse correctamente la pesada túnica.
Finalmente, logro acomodarla, aunque quedando tan cansado que ni siquiera se molestó en recogerse el cabello.
—¿Estás listo, Takumi-san? —preguntaría desde la entrada, mientras un par de criadas les esperaban para guiarles hasta el comedor.
—Piensas de una forma bastante amplia y optimista, Takumi-san —señalo con una sonrisa.
Era agradable encontrarse con alguien que, a pesar de ser diferente, resultase interesante: él se hubiese limitado a hacer preguntas que solo caerían en el dominio de su interés personal, buscando saciar un anhelo propio; pero allí estaba aquel chico pensando a gran escala, pensando en cómo hacer un bien a la gente.
—Me gustaría aprovechar la hora del almuerzo para preguntarle Saki-san un poco más sobre aquel artilugio, espero no te moleste —revelo mientras salía del estanque hirviente para ir hacia donde se lavaban los cuerpos—. Esta fuera de mis objetivos originales, pero es algo demasiado interesante para pasarlo por alto.
En cuanto terminara de asearse, les estaría esperando en el vestidor un cambio de ropa para cada uno. Kazuma sabía que en tan poco tiempo no tendrían lista la ropa con la que había llegado, pero tampoco esperaba lo que tenía frente a él: una túnica de seda color verde esmeralda con algunas secciones de rojo rubí y bordados dorados, una cantidad obscena y casi cegadora de bordados dorados.
«Estas cosas son demasiado», se quejó mientras luchaba para colocarse correctamente la pesada túnica.
Finalmente, logro acomodarla, aunque quedando tan cansado que ni siquiera se molestó en recogerse el cabello.
—¿Estás listo, Takumi-san? —preguntaría desde la entrada, mientras un par de criadas les esperaban para guiarles hasta el comedor.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)