12/04/2020, 16:50
El kusajin ya empezaba a sentirse mucho mejor ahora que el efecto del veneno parecía haber acabado. No podría decir en qué momento exacto se recuperó, pero de un momento a otro se dio cuenta de que ya no tenía que esforzarse en mantenerse erguido y luchar contra el dolor.
«Espera, nonononono. No vamos a interrogarla» pensó. La niña ya había tenido demasiado.
Aún así, nada de eso podía suceder sin que antes desactivaran la trampa que todavía estaba activa, no fuera a ser que Akane y Kanae cayeran en el foso de estacas.
Eso no sería nada bueno.
Oh, pero lo que estaba a punto de suceder seguramente se pondría mucho, mucho peor.
Daigo pudo ver a su senpai bajar las escaleras con prisa para comunicarle sin palabras a su hermano lo que estaba sucediendo arriba.
Etsu sonrió, y Daigo no necesitó ver nada más para descubrir en su rostro algo muy importante. Cuando el Inuzuka reveló que el demonio estaba arriba, y les sugirió tanto al científico como a la niña que se quedaran allí, simplemente confirmó sus sospechas.
Estaban jodidos.
Daigo también sonrió, queriendo hacerles ver que todo estaba bien.
—No se preocupen. Nosotros nos encargaremos.
Dicho esto, el joven se apresuró a subir las escaleras, solo para encontrarse con la silueta del demonio en el horizonte.
No, del demonio no...
—Oye... ¿esas no son muchas colas?
... de otro demonio.
«Espera, nonononono. No vamos a interrogarla» pensó. La niña ya había tenido demasiado.
Aún así, nada de eso podía suceder sin que antes desactivaran la trampa que todavía estaba activa, no fuera a ser que Akane y Kanae cayeran en el foso de estacas.
Eso no sería nada bueno.
Oh, pero lo que estaba a punto de suceder seguramente se pondría mucho, mucho peor.
Daigo pudo ver a su senpai bajar las escaleras con prisa para comunicarle sin palabras a su hermano lo que estaba sucediendo arriba.
Etsu sonrió, y Daigo no necesitó ver nada más para descubrir en su rostro algo muy importante. Cuando el Inuzuka reveló que el demonio estaba arriba, y les sugirió tanto al científico como a la niña que se quedaran allí, simplemente confirmó sus sospechas.
Estaban jodidos.
Daigo también sonrió, queriendo hacerles ver que todo estaba bien.
—No se preocupen. Nosotros nos encargaremos.
Dicho esto, el joven se apresuró a subir las escaleras, solo para encontrarse con la silueta del demonio en el horizonte.
No, del demonio no...
—Oye... ¿esas no son muchas colas?
... de otro demonio.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.