14/04/2020, 09:20
(Última modificación: 14/04/2020, 09:23 por Himura Ren. Editado 1 vez en total.)
Tras devolverle la mirada, Roga volvió a prestar atención al bibliotecario, y Ren la imitó como un mono algo inteligente.
—Ellos clamaban por la "memoria de nuestras víctimas" —dijo con voz afligida.
— "¿En memoria de nuestras víctimas?" — susurró extrañada.
—Encontramos varios panfletos donde los atacantes decían que la verdad de las bestias con cola estaba en los libros de historia, y que no se debía manchar la memoria de los que están sepultados en el Cementerio del Gobi— El hombre empezó a caminar e hizo un ademán con la mano para que los genin le siguiesen el paso. —Aparentemente, ahora que se ha empezado a difundir la idea de que necesitamos la ayuda de los bijū se han formado pequeñas revueltas en contraposición— Se detuvo frente al muro que estaba al otro lado de la sala.
Por si aquellos llibros apilados y amontonados, junto a las quemaduras que había sufrido aunque en menor daño; una enorme pintada coronaba todo aquel vandalismo con colores negros en una de las paredes: "No perdonemos, no olvidemos la Ciudad Fantasma" narraba aquel escrito.
—¡Pero serán animales! — Infló los cachetes en señal de molestia al leer aquello.
Ren lo observó apenada; recordaba haber estudiado aquel incidente en la academia tiempo atrás. Las bajas fueron innumerables y los restos de aquella ciudad solo se mantenían en pie hasta que el fuerte viento, junto al agua de la lluvia, derribaban los pocos escombros que quedaban en el lugar. Ella ya se había cruzado con una versión menor y casi no salió viva de aquello; pensar en cuanto poder podría llegar a tener una bestia de colas real, parecía tan gigantesco, que no pudo evitar temblar. Miró a Roga, quien estaba visiblemente molesto frente a aquellas pintadas ¿cuál sería su opinión sobre todo el asunto?
Bueno, había libros y estanterías de sobra que volver a levantar, así que tendría tiempo de preguntarle por ello cuando estuvieran a solas. Aunque de lo que más ganas tenía ella, era de preguntarle donde pensaba actuar la próxima vez. Se volvió a agazapar, cogiendo algunos otros libros; aunque ningún titulo de estos llamo su atención.
—Ellos clamaban por la "memoria de nuestras víctimas" —dijo con voz afligida.
— "¿En memoria de nuestras víctimas?" — susurró extrañada.
—Encontramos varios panfletos donde los atacantes decían que la verdad de las bestias con cola estaba en los libros de historia, y que no se debía manchar la memoria de los que están sepultados en el Cementerio del Gobi— El hombre empezó a caminar e hizo un ademán con la mano para que los genin le siguiesen el paso. —Aparentemente, ahora que se ha empezado a difundir la idea de que necesitamos la ayuda de los bijū se han formado pequeñas revueltas en contraposición— Se detuvo frente al muro que estaba al otro lado de la sala.
Por si aquellos llibros apilados y amontonados, junto a las quemaduras que había sufrido aunque en menor daño; una enorme pintada coronaba todo aquel vandalismo con colores negros en una de las paredes: "No perdonemos, no olvidemos la Ciudad Fantasma" narraba aquel escrito.
—¡Pero serán animales! — Infló los cachetes en señal de molestia al leer aquello.
Ren lo observó apenada; recordaba haber estudiado aquel incidente en la academia tiempo atrás. Las bajas fueron innumerables y los restos de aquella ciudad solo se mantenían en pie hasta que el fuerte viento, junto al agua de la lluvia, derribaban los pocos escombros que quedaban en el lugar. Ella ya se había cruzado con una versión menor y casi no salió viva de aquello; pensar en cuanto poder podría llegar a tener una bestia de colas real, parecía tan gigantesco, que no pudo evitar temblar. Miró a Roga, quien estaba visiblemente molesto frente a aquellas pintadas ¿cuál sería su opinión sobre todo el asunto?
Bueno, había libros y estanterías de sobra que volver a levantar, así que tendría tiempo de preguntarle por ello cuando estuvieran a solas. Aunque de lo que más ganas tenía ella, era de preguntarle donde pensaba actuar la próxima vez. Se volvió a agazapar, cogiendo algunos otros libros; aunque ningún titulo de estos llamo su atención.