16/04/2020, 15:54
No tardaron mucho en llegar. Quizás no fuera la taberna más grande que hubieran visto nunca pero tampoco se trataba de algo tan pequeño como la de Yachi. A aquelals horas el bullicio impregnaba la sala y el camarero se afanaba por servir y pagar todas las órdenes que le llegaban a la barra. Había gente variopinta que cubría toda la taberna: desde simples jornaleros, hasta jóvenes pasando por algún que otro anciano posiblemente jubilado, pero en una esquina destacaba un hombre joven bien vestido con un enorme bulto apoyado en la pared cubierto complétamente por vendas. Kisame se acercó a la barra y esperó a que fuera su turno.
-Para mi un té verde -Pidió antes de mirar a su compañero.
Una vez el tabernero se fue a sus cosas hizo una seña con la cabeza hacia el hombre de la marioneta, quizás debieran de sentarse cerca de él, había sitio de sobras o preguntarle al tabernero? En aquel momento su búsqueda estaba un poco atascada, aunque ya tenían algunas piezas para el rompecabezas, aunque aún careciera de sentido alguno para ser descifrado...
-Tenemos que descubrir donde vive, quizás tengamos que ir nosotros mismos a ver qué pasa... -Musitó casi rozando su oído, aunque el bullicio lo hubiera tapado, había que ser precavido.
-Para mi un té verde -Pidió antes de mirar a su compañero.
Una vez el tabernero se fue a sus cosas hizo una seña con la cabeza hacia el hombre de la marioneta, quizás debieran de sentarse cerca de él, había sitio de sobras o preguntarle al tabernero? En aquel momento su búsqueda estaba un poco atascada, aunque ya tenían algunas piezas para el rompecabezas, aunque aún careciera de sentido alguno para ser descifrado...
-Tenemos que descubrir donde vive, quizás tengamos que ir nosotros mismos a ver qué pasa... -Musitó casi rozando su oído, aunque el bullicio lo hubiera tapado, había que ser precavido.