17/04/2020, 00:45
(Última modificación: 17/04/2020, 22:31 por Tsukisame Takumi. Editado 1 vez en total.)
Y su memoria no le falló, en aquel acto de encontrar una taberna en su ciudad natal después de tanto tiempo le llegaba una sensación de placer que llebaba sin experimentar desde que era un crío. La taberna estaba llena, había gran cantidad de clientela, ancianos, adultos, niños... Pero había uno que le llamó la atención, no por su aspecto precisamente, sino por lo que tenía a su lado apoyado en la pared. Un bulto cubierto de vendas, si su intuición no le fallaba lo que había dentro era una marioneta, era una forma muy común de portar las marionetas que no fueran de un excesivo tamaño; aunque él prefería llevarlo todo en pergaminos, más cosas en menos espacio. Se colocaron en la barra para pedir, pero el kazejin no dejaba de echar un ojo a la persona de antes, ¿quién sería?
—Para mi un té verde. —Y miró al genin del Remolino, esperando a que pidiera él.
—Yo uno rojo por favor.
Al tomarles la orden su compañero le hizo un gesto señalando hacia el hombre de la supuesta marioneta.
—Tenemos que descubrir donde vive, quizás tengamos que ir nosotros mismos a ver qué pasa... —Le susurró, había que mantener en secreto las intenciones de estar en Inaka, podría salirles muy mal la jugada si la persona equivocada se enteraba de que dos shinobis estaban husmeando por la ciudad buscando a Fakui.
—Podríamos probar a sentarnos cerca de aquel señor, —Dijo en un tono para que únicamente lo pudiera escuchar el amejin. —hay algo de él que me escama... Y por ese bulto yo diría que conoce a Fakui-sama. La otra opción es esperar a un poco antes de la noche, aquel anciano tenía que entregar el prototipo antes de que acabara el día y seguirle. Pero sería un suicidio casi asegurado...
—Para mi un té verde. —Y miró al genin del Remolino, esperando a que pidiera él.
—Yo uno rojo por favor.
Al tomarles la orden su compañero le hizo un gesto señalando hacia el hombre de la supuesta marioneta.
—Tenemos que descubrir donde vive, quizás tengamos que ir nosotros mismos a ver qué pasa... —Le susurró, había que mantener en secreto las intenciones de estar en Inaka, podría salirles muy mal la jugada si la persona equivocada se enteraba de que dos shinobis estaban husmeando por la ciudad buscando a Fakui.
—Podríamos probar a sentarnos cerca de aquel señor, —Dijo en un tono para que únicamente lo pudiera escuchar el amejin. —hay algo de él que me escama... Y por ese bulto yo diría que conoce a Fakui-sama. La otra opción es esperar a un poco antes de la noche, aquel anciano tenía que entregar el prototipo antes de que acabara el día y seguirle. Pero sería un suicidio casi asegurado...
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