17/04/2020, 20:04
Por suerte para todos, al bajar la chica terminaron por descubrir que se trataba de la hija del científico. Las emociones sin embargo no eran muy palpables, mucho más cuando se trataba de una persona que daba por muerta y tan cercana. En ambos sentidos, parecían carecer de emociones hacia el otro. Aunque para palabras de un científico, quizás se refería al hombre como papá por haber jugado a la genética con ella...
Fuese como fuese, Etsu se alegró en gran medida, aunque no era momento para celebraciones. Arriba el peligro acechaba, y no un peligro cualquiera. El "demonio" que había sido capaz de arrasar con varias casas de un solo ataque seguramente los había escuchado, u olido... Era cuestión de tiempo que ese bicho malnacido diese con ellos.
Los shinobis salieron del refugio, no solo por plantarle cara al demonio, si no por alejar el peligro de esa niña y su padre. La aguda vista del Inuzuka le permitió ver que se trataba de exactamente lo que el hombre había descrito abajo, una auténtica quimera. Ni en los cómics que tenía Etsu había visto uno igual. Sin duda era una criatura aberrante, y su aullido no hizo más que anunciar su propósito. Etsu alzó la guardia en lo que corría hacia el flanco derecho, debían alejar a ese monstruo de la entrada del refugio a cualquier coste.
—Si, ese bicho tiene demasiadas colas... —contestó al peliverde.
»Intentemos alejarnos de la entrada al refugio, debemos alejar a ese monstruo de la niña y su padre.
El Inuzuka corrió hasta separarse lo suficiente, en lo que la criatura recortaba las distancias para con ellos. Jamás había enfrentado a algo similar, no sabía ni cómo actuar ante ésto. Pero debía mantener la calma, y mirar única y exclusivamente por el bien de todos. No podían dejar a esa familia al amparo de su suerte, pues todo estaba condenado para ellos si huían de allí.
Fuese como fuese, Etsu se alegró en gran medida, aunque no era momento para celebraciones. Arriba el peligro acechaba, y no un peligro cualquiera. El "demonio" que había sido capaz de arrasar con varias casas de un solo ataque seguramente los había escuchado, u olido... Era cuestión de tiempo que ese bicho malnacido diese con ellos.
Los shinobis salieron del refugio, no solo por plantarle cara al demonio, si no por alejar el peligro de esa niña y su padre. La aguda vista del Inuzuka le permitió ver que se trataba de exactamente lo que el hombre había descrito abajo, una auténtica quimera. Ni en los cómics que tenía Etsu había visto uno igual. Sin duda era una criatura aberrante, y su aullido no hizo más que anunciar su propósito. Etsu alzó la guardia en lo que corría hacia el flanco derecho, debían alejar a ese monstruo de la entrada del refugio a cualquier coste.
—Si, ese bicho tiene demasiadas colas... —contestó al peliverde.
»Intentemos alejarnos de la entrada al refugio, debemos alejar a ese monstruo de la niña y su padre.
El Inuzuka corrió hasta separarse lo suficiente, en lo que la criatura recortaba las distancias para con ellos. Jamás había enfrentado a algo similar, no sabía ni cómo actuar ante ésto. Pero debía mantener la calma, y mirar única y exclusivamente por el bien de todos. No podían dejar a esa familia al amparo de su suerte, pues todo estaba condenado para ellos si huían de allí.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~