17/04/2020, 23:50
La bestia estaba claramente alerta. ¿A qué había llegado? No lo sabía. Ni siquiera sabía por qué existía. Sólo existía dolor y furia en su interior, siendo los genin de la hierba los destinados a sufrir ahí mismo las consecuencias de toda aquella acumulación de emociones sin snetido que se arremolinaban en su interior.
Sus ojos felinos se posaron sobre ambos, detuvo su carrera y de inmediato abrió la boca acumulando una gran cantidad de partículas en su boca. Si Etsu y Daigo recordaban lo ocurrido en el examen chūnin que se celebró en Uzushiogakure, sabrían lo terriblemente malo que era aquello. Que no los persiguiese no significaba que los iba a dejar escapar. Sus patas rompieron al árido suelo y fragmentos de tierra se levantaron en el aire. Formaría una esfera de ochenta centímetros, y esta saldría disparada en la dirección tomada por los kusajines.
Sus ojos felinos se posaron sobre ambos, detuvo su carrera y de inmediato abrió la boca acumulando una gran cantidad de partículas en su boca. Si Etsu y Daigo recordaban lo ocurrido en el examen chūnin que se celebró en Uzushiogakure, sabrían lo terriblemente malo que era aquello. Que no los persiguiese no significaba que los iba a dejar escapar. Sus patas rompieron al árido suelo y fragmentos de tierra se levantaron en el aire. Formaría una esfera de ochenta centímetros, y esta saldría disparada en la dirección tomada por los kusajines.