23/12/2015, 16:39
La conversación había sido larga y el ambiente se estaba volviendo un poco turbio. Las reacciones fueron distintas y variadas, pero la mayoría estaba sorprendida por la noticia. Excepto uno, que Karamaru ya le había puesto el ojo encima tras escuchar su copa romperse. Nadie le dio importancia en un momento así, pero al calvo no le gustaba la actitud de ese hombre.
«No hace falta ser detective para saber que aquí son todos sospechosos» pensaba Karamaru, hasta la aparición de la bella rubia.
Lo primero que notó es que era shinobi, aunque no identificaba la procedencia de su placa. El pelado seguía en silencio analizando la situación. Entre idas y vueltas, se le permitió a la kunoichi salir del establecimiento para recorrer, si Karamaru no había escuchado mal, la casa de Ryoma. El muerto. Karamaru seguía viendo la fría mirada de uno de los que se encontraba en la taberna.
No podía quedarse fuera dela situación, estaba interesado por saber que sucedía y además, no quería dejar al tabernero y a esa mujer solos en un ambiente como el que se respiraba en ese momento. Se levantó de la mesa, dejando un poco dinero bajo el copa, y siguió a los dos hasta encontrarlos fuera.
Disculpen, ¿Puedo acompañarlos?- les dijo, escondiendo su cara con su sombrero de paja- Podrían necesitar algo de ayuda, supongo, si a usted no le molesta mi edad.
Se dirigía al tabernero que hacía poco casi denegada la ayuda de una kunoichi de nivel desconocido.
«No hace falta ser detective para saber que aquí son todos sospechosos» pensaba Karamaru, hasta la aparición de la bella rubia.
Lo primero que notó es que era shinobi, aunque no identificaba la procedencia de su placa. El pelado seguía en silencio analizando la situación. Entre idas y vueltas, se le permitió a la kunoichi salir del establecimiento para recorrer, si Karamaru no había escuchado mal, la casa de Ryoma. El muerto. Karamaru seguía viendo la fría mirada de uno de los que se encontraba en la taberna.
No podía quedarse fuera dela situación, estaba interesado por saber que sucedía y además, no quería dejar al tabernero y a esa mujer solos en un ambiente como el que se respiraba en ese momento. Se levantó de la mesa, dejando un poco dinero bajo el copa, y siguió a los dos hasta encontrarlos fuera.
Disculpen, ¿Puedo acompañarlos?- les dijo, escondiendo su cara con su sombrero de paja- Podrían necesitar algo de ayuda, supongo, si a usted no le molesta mi edad.
Se dirigía al tabernero que hacía poco casi denegada la ayuda de una kunoichi de nivel desconocido.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘