23/04/2020, 19:21
El amejín se tomaba el té con calma mientras escuchaba la conversación. Era bastante obvio que habían dado en el clavo y aparentemente de forma fortuita habían consegido dos piezas de un rompecabezas que aún apenas habían comenzado, o si, pero no tenían ni la menor idea de lo que les esperaba. Tras la ida del niño, el otro hombre que aparentemente en algún momento habría llevado una bandana, se tomó con calma su refrigerio y tras unos minutos se levantó para salir del establecimiento con paso calmado. no se le veía apresurado, su actitud había cambiado en seco desde que había escuchado las noticias de su informador.
Kisame apuró su té en cuanto le vio salir y le hizo señas a Takumi para que se levantaran y fueran tras él. Eso de seguir a alguien era de primero de academia, pero viendo que ese tipo era un ninja se antojaba un poco más complicado, al menos tenían el respaldo de que en las calles de aquella ciudad había mucho movimiento aunque, esto podría ser un arma de doble filo, pues podrían perderle con facilidad si no estaban atentos.
Salieron del establecimiento sin despedirse de nadie, o al menos eso hizo el pelinegro y fijó siu mirada en la muchedumbre para no perderlo. Era difícil distinguirlo, pero aún estaba a unos metros. Comenzó a caminar a su mismo ritmo unos metros detrás, tratando de que no les viese, aunque de momento no parecía estar preocupado de si alguien le seguía o dejaba de seguir... Dobló una esquina y se metió a un callejón completamente desierto, en aquel sitio si que sería sospechoso ir tras él...
Kisame apuró su té en cuanto le vio salir y le hizo señas a Takumi para que se levantaran y fueran tras él. Eso de seguir a alguien era de primero de academia, pero viendo que ese tipo era un ninja se antojaba un poco más complicado, al menos tenían el respaldo de que en las calles de aquella ciudad había mucho movimiento aunque, esto podría ser un arma de doble filo, pues podrían perderle con facilidad si no estaban atentos.
Salieron del establecimiento sin despedirse de nadie, o al menos eso hizo el pelinegro y fijó siu mirada en la muchedumbre para no perderlo. Era difícil distinguirlo, pero aún estaba a unos metros. Comenzó a caminar a su mismo ritmo unos metros detrás, tratando de que no les viese, aunque de momento no parecía estar preocupado de si alguien le seguía o dejaba de seguir... Dobló una esquina y se metió a un callejón completamente desierto, en aquel sitio si que sería sospechoso ir tras él...