24/04/2020, 23:15
(Última modificación: 24/04/2020, 23:19 por Tsukiyama Daigo. Editado 3 veces en total.)
«¡Etsu-senpai, Akane-senpai!»
El chico pudo ver cómo sus compañeros salieron disparados por el potentísimo golpetazo que les propinó la bestia. Daigo no pudo hacer nada para evitarlo. Solo podía seguir adelante.
El puñetazo de Daigo llegó inmediatamente después, impactando en la bestia, que sentía cada vez más y más ira, probablemente no solo hacia los kusajin, sino hacia todo.
Daigo pudo ver con terror cómo las fauces de la bestia se cernían sobre él, con colmillos tan grandes y afilados que probablemente podrían arrancarle el brazo entero si se lo propusiera.
Y tanto que se lo propuso.
Daigo sabía que no tenía ningún lugar al que escapar, y casi estaba arrepentido de haber utilizado el Shunshin hacía unos segundos, pues ahora sus piernas no le permitían desplazarse con él.
En su lugar, el joven solo pudo apretar los tienes con fuerza, a la vez que cerraba su puño y...
—¡Aaaaagh!
Y recibir el mordisco con su brazo derecho, que fue penetrado por la dentadura del Gebijuu incluso a través de sus cadenas y de su técnica, que no fue suficiente para evitar que el demonio llenara la escena de su sangre.
Al escuchar a su compañero rugir el Tsukiyama se esforzó aún más, concentrando una densa capa de chakra en sus pies para evitar que lo movieran, mientras mantenía su brazo derecho en posición y agarraba con fuerza la cabeza del monstruo con su otra mano.
—No te escaparás, maldito —le dijo, furioso, aunque no esperaba que le entendiese.
No fue hasta que vio a su compañero alcanzar a la bestia que la soltó y canceló ambas técncias. No para que fuera libre, por supuesto, sino para liberarse él mismo y volver a la carga con la zurda.
En un abrir y cerrar de ojos, un destello de luz verdosa apareció en la planta del pie del boxeador y viajó hasta su puño, que salió disparado con una potencia inhumana, buscando impactar en el animal.
—¡RYŪ!
El chico pudo ver cómo sus compañeros salieron disparados por el potentísimo golpetazo que les propinó la bestia. Daigo no pudo hacer nada para evitarlo. Solo podía seguir adelante.
El puñetazo de Daigo llegó inmediatamente después, impactando en la bestia, que sentía cada vez más y más ira, probablemente no solo hacia los kusajin, sino hacia todo.
Daigo pudo ver con terror cómo las fauces de la bestia se cernían sobre él, con colmillos tan grandes y afilados que probablemente podrían arrancarle el brazo entero si se lo propusiera.
Y tanto que se lo propuso.
Daigo sabía que no tenía ningún lugar al que escapar, y casi estaba arrepentido de haber utilizado el Shunshin hacía unos segundos, pues ahora sus piernas no le permitían desplazarse con él.
En su lugar, el joven solo pudo apretar los tienes con fuerza, a la vez que cerraba su puño y...
—¡Aaaaagh!
Y recibir el mordisco con su brazo derecho, que fue penetrado por la dentadura del Gebijuu incluso a través de sus cadenas y de su técnica, que no fue suficiente para evitar que el demonio llenara la escena de su sangre.
Al escuchar a su compañero rugir el Tsukiyama se esforzó aún más, concentrando una densa capa de chakra en sus pies para evitar que lo movieran, mientras mantenía su brazo derecho en posición y agarraba con fuerza la cabeza del monstruo con su otra mano.
—No te escaparás, maldito —le dijo, furioso, aunque no esperaba que le entendiese.
No fue hasta que vio a su compañero alcanzar a la bestia que la soltó y canceló ambas técncias. No para que fuera libre, por supuesto, sino para liberarse él mismo y volver a la carga con la zurda.
En un abrir y cerrar de ojos, un destello de luz verdosa apareció en la planta del pie del boxeador y viajó hasta su puño, que salió disparado con una potencia inhumana, buscando impactar en el animal.
—¡RYŪ!
![[Imagen: IMG-20210515-202948-586.png]](https://i.ibb.co/fqtcMG8/IMG-20210515-202948-586.png)
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.