1/05/2020, 17:02
—Tener en cuenta la información faltante antes de tomar una decisión —aventuro el peliblanco—. Y también estar atento a cualquier nueva información.
—Bien —sonrió, satisfecha—. Aunque de forma distinta, ambos tienen buenos puntos… Por mi parte, debo decir que jamás han de ser arrogantes con la información: la experiencia puede hacerte creer que sabes todo lo que ha pasado y pasara, y que des por sentado varias cosas mientras pasas por alto detalles pequeños e importantes.
Tomo de la mesa un vaso con agua y dio un sorbo antes de continuar.
—Luego de un viaje tedioso, llegamos al pueblo (el equipo constaba de tres genin, un chūnin y yo) —continuo—. Lo ideal hubiese sido ir a por los piratas de inmediato, pero desconocíamos su escondite y en la aldea no había ninguna embarcación capaz de navegar de manera segura. La gente de allí se dedicaba a la pesca y solo poseía pequeñas barcazas.
»Allí pase por alto uno de los primeros detalles: aquellos piratas, eran lo suficientemente organizados para robar alimento y dinero sin destruir la fuente de ingresos de sus presas. En otras palabras, los estaban granjeando.
»Aquellos maleantes se aseguraban de no atacar a un ritmo regular, por lo que era imposible predecir cuándo aparecerían. Lo que si era seguro, es que irían luego de la pesca de luna llena. Mientras les esperábamos, mande al chūnin a que investigase en las otras poblaciones costeras a ver si encontraba una embarcación decente y alguna información, mientras que los genin se encargaban de reconocer el terreno y yo de interrogar a los aldeanos.
»Cuando mi subordinado volvió me informo que el pueblo vecino del norte había sido reducido a cenizas y su gente pasada por la espada. Aunque, en aquel momento no me pareció raro, no encontró cadáveres de niños o jóvenes.
»Así pasaron tres días, hasta que por la noche del ultimo, el chūnin me informo de que se veía una embarcación navegando cercana a la costa con dirección sur. Para mí, todo fue claro: en aquellos días recién había llegado la paga por la ultima pesca, y los piratas estaba planeando hacer pillaje en el pueblo vecino durante la noche… Decidí que les seguiría, dejando en el pueblo a mis subordinados, protegiendo a los aldeanos reunidos en la casa del jefe.
»Me moví a toda velocidad a través de la línea costera, hasta que divise la embarcación, quieta en el agua. Por la forma y el tamaño sabía que debía de ser la de los piratas: era parte de los testimonios de la gente del pueblo. La situación era optima, estaban lo suficientemente cerca como para correr sobre el agua y abordarlos. Si me movía lo suficientemente rápido entraría y acabaría con todos antes de supieran que había pasado.
»En medio de la noche y de un mar sereno, me acerque al barco y lo aborde… —se detuvo un momento en aquella parte—. Pero inmediatamente note que algo andaba mal: no había nadie y habían echado el ancla. Preocupada la revise: a bordo no había nada, ni armas, ni botes, ni gente…, nada.
Miro a ambos jóvenes y se dirigió a ellos:
—¿Qué creen que era lo que estaba pasando?
—Bien —sonrió, satisfecha—. Aunque de forma distinta, ambos tienen buenos puntos… Por mi parte, debo decir que jamás han de ser arrogantes con la información: la experiencia puede hacerte creer que sabes todo lo que ha pasado y pasara, y que des por sentado varias cosas mientras pasas por alto detalles pequeños e importantes.
Tomo de la mesa un vaso con agua y dio un sorbo antes de continuar.
—Luego de un viaje tedioso, llegamos al pueblo (el equipo constaba de tres genin, un chūnin y yo) —continuo—. Lo ideal hubiese sido ir a por los piratas de inmediato, pero desconocíamos su escondite y en la aldea no había ninguna embarcación capaz de navegar de manera segura. La gente de allí se dedicaba a la pesca y solo poseía pequeñas barcazas.
»Allí pase por alto uno de los primeros detalles: aquellos piratas, eran lo suficientemente organizados para robar alimento y dinero sin destruir la fuente de ingresos de sus presas. En otras palabras, los estaban granjeando.
»Aquellos maleantes se aseguraban de no atacar a un ritmo regular, por lo que era imposible predecir cuándo aparecerían. Lo que si era seguro, es que irían luego de la pesca de luna llena. Mientras les esperábamos, mande al chūnin a que investigase en las otras poblaciones costeras a ver si encontraba una embarcación decente y alguna información, mientras que los genin se encargaban de reconocer el terreno y yo de interrogar a los aldeanos.
»Cuando mi subordinado volvió me informo que el pueblo vecino del norte había sido reducido a cenizas y su gente pasada por la espada. Aunque, en aquel momento no me pareció raro, no encontró cadáveres de niños o jóvenes.
»Así pasaron tres días, hasta que por la noche del ultimo, el chūnin me informo de que se veía una embarcación navegando cercana a la costa con dirección sur. Para mí, todo fue claro: en aquellos días recién había llegado la paga por la ultima pesca, y los piratas estaba planeando hacer pillaje en el pueblo vecino durante la noche… Decidí que les seguiría, dejando en el pueblo a mis subordinados, protegiendo a los aldeanos reunidos en la casa del jefe.
»Me moví a toda velocidad a través de la línea costera, hasta que divise la embarcación, quieta en el agua. Por la forma y el tamaño sabía que debía de ser la de los piratas: era parte de los testimonios de la gente del pueblo. La situación era optima, estaban lo suficientemente cerca como para correr sobre el agua y abordarlos. Si me movía lo suficientemente rápido entraría y acabaría con todos antes de supieran que había pasado.
»En medio de la noche y de un mar sereno, me acerque al barco y lo aborde… —se detuvo un momento en aquella parte—. Pero inmediatamente note que algo andaba mal: no había nadie y habían echado el ancla. Preocupada la revise: a bordo no había nada, ni armas, ni botes, ni gente…, nada.
Miro a ambos jóvenes y se dirigió a ellos:
—¿Qué creen que era lo que estaba pasando?
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)
