2/05/2020, 17:40
«Hace demasiado calor», pensó Daruu. «Aquí hace demasiado calor. Y yo no soy como tú, maestro Kōri. Es por eso que...» Un shinobi de Amegakure, con unos extraños ojos blancos y ataviado con un ancho yukata de color azul claro, caminaba por el pasillo en dirección al terreno de combate del Valle de los Dojos. En su mano llevaba un pequeño cubo de agua sobre el que flotaban algunos pedazos solitarios de hielo.
Escuchó ya desde dentro de las entrañas del estadio la estruendosa música de Rōga, a quien había visto entrar con una guitarra. Sonrió. «Estás como una puta cabra, macho.»
Daruu salió, caminando lentamente. El público, ante la duda de gritar de pasión por el conciertazo o callarse por el desconcierto había elegido lo segundo. Quizás incluso alguno estaba comenzando a pensar que se había equivocado de sitio.
—Buenos días, Rōga. Te veo animado —declaró el Hyūga. Luego, levantó el cubo de agua con hielo... y se lo tiró encima.
«Aquí hace demasiado calor... por eso no puedo pensar en calma.»
Daruu arrojó el cubo a un lado, que rebotó varias veces creando un eco en medio del silencio. Activó su dōjutsu. Formó el Sello de la Confrontación con la mano derecha. Miró a Rōga.
Y calló.
Aquello no era más que una diversión para los Señores Feudales. No era real. Él no estaba compitiendo, él estaba trabajando. Y su trabajo era pelear.
«Haz un buen trabajo y vuelve a casa a descansar.»
Los músculos, entumecidos, le tiritaban. Le dolían los dedos de la mano. Pero controló su respiración y se centró al cien por cien. Sólo faltaba un poco de lluvia, y se sentiría como en casa.
Escuchó ya desde dentro de las entrañas del estadio la estruendosa música de Rōga, a quien había visto entrar con una guitarra. Sonrió. «Estás como una puta cabra, macho.»
Daruu salió, caminando lentamente. El público, ante la duda de gritar de pasión por el conciertazo o callarse por el desconcierto había elegido lo segundo. Quizás incluso alguno estaba comenzando a pensar que se había equivocado de sitio.
—Buenos días, Rōga. Te veo animado —declaró el Hyūga. Luego, levantó el cubo de agua con hielo... y se lo tiró encima.
«Aquí hace demasiado calor... por eso no puedo pensar en calma.»
Daruu arrojó el cubo a un lado, que rebotó varias veces creando un eco en medio del silencio. Activó su dōjutsu. Formó el Sello de la Confrontación con la mano derecha. Miró a Rōga.
Y calló.
Aquello no era más que una diversión para los Señores Feudales. No era real. Él no estaba compitiendo, él estaba trabajando. Y su trabajo era pelear.
«Haz un buen trabajo y vuelve a casa a descansar.»
Los músculos, entumecidos, le tiritaban. Le dolían los dedos de la mano. Pero controló su respiración y se centró al cien por cien. Sólo faltaba un poco de lluvia, y se sentiría como en casa.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)