El Lobo era paciente, pero aguerrido. Ante un enemigo contra el cuál desconocía sus cartas, lo mejor era no dejar que las jugara. La danza del Yotsuki siempre había sido la presión, el de mostrarle los dientes a su oponente y romper su psique. Pero sabía también que entre los propios Hijos de la Tormenta el temple era duro y que quizá en esta ocasión su presa no iba a sucumbir tan fácilmente. ¿Cómo podía sorprenderlo y romper su serenidad? Pues con algo que jamás podría esperarse.
Sí de algo podía presumir, es que era alguien impredecible. Sacándose cualquier idea loca que tuviera en la cabeza. No podía quedarse tan tranquilo delante de un cazador.
Así eran las fieras.
Aquellos rayos le daban algo de agudeza a sus sentidos, siendo muy útil para su habitual técnica de acecho. Y esta vez, ya había maquinado otro de sus poco ortodoxos planes que tanto le caracterizaban. Cuando observó que su contendiente movió su brazo, cargó de frente directo hacia Daruu con exorbitante velocidad. Sin embargo, no se detuvo enfrente de su oponente para continuar con algo más, no. Eso le daría tiempo para escabullirse como lo hizo Eri. En su lugar usó toda esa velocidad para chocar directamente contra el Hyūga empleando todo su peso en una acometida sin frenos, cortando la consiguiente acción que pudiese realizar. Pero la cosa no acababa ahí, pues inmediatamente le mordería la cara a la vez que clavaba las uñas de ambas manos en los brazos de Daruu, con toda la rabia no de un ninja, sino de un lobo.
Debía enseñarle a respetarlo, a temerle. "¡Tengo que hacer que sea el mismo Amedama de antes a cualquier precio! Oh claro, y liberarlo de la maldición.
PV–
CK–
«regen. dividida»
Daños causados: Placaje 5 PV, Mordisco 6 PV, Garra de Lobo 10 PV, Garra de Lobo 10 PV
Accciones Ocultas:
Movimiento Yoroi 0/5 enfriamiento
Sí de algo podía presumir, es que era alguien impredecible. Sacándose cualquier idea loca que tuviera en la cabeza. No podía quedarse tan tranquilo delante de un cazador.
Así eran las fieras.
Aquellos rayos le daban algo de agudeza a sus sentidos, siendo muy útil para su habitual técnica de acecho. Y esta vez, ya había maquinado otro de sus poco ortodoxos planes que tanto le caracterizaban. Cuando observó que su contendiente movió su brazo, cargó de frente directo hacia Daruu con exorbitante velocidad. Sin embargo, no se detuvo enfrente de su oponente para continuar con algo más, no. Eso le daría tiempo para escabullirse como lo hizo Eri. En su lugar usó toda esa velocidad para chocar directamente contra el Hyūga empleando todo su peso en una acometida sin frenos, cortando la consiguiente acción que pudiese realizar. Pero la cosa no acababa ahí, pues inmediatamente le mordería la cara a la vez que clavaba las uñas de ambas manos en los brazos de Daruu, con toda la rabia no de un ninja, sino de un lobo.
Debía enseñarle a respetarlo, a temerle. "¡Tengo que hacer que sea el mismo Amedama de antes a cualquier precio! Oh claro, y liberarlo de la maldición.
Estado de Rōga
PV
225/225
CK
166/245
-14
–«regen. dividida»
Daños causados: Placaje 5 PV, Mordisco 6 PV, Garra de Lobo 10 PV, Garra de Lobo 10 PV
Accciones Ocultas:
Movimiento Yoroi 0/5 enfriamiento