5/05/2020, 02:34
Pasaron unos momentos mientras los genin hablaban, sin terminar de asimilar lo que acababa de suceder. Sin embargo, algo empezó a ocurrir cerca de la bestia: unas extrañas volutas de chakra entre rojizo y anaranjado empezaron a brotar y a disiparse en el aire. Lentamente, la piel empezó a deshacerse, seguido de la carne.
La ira, el dolor, se habían ido por ahora y se diseminaban en el aire. Para tristemente, volver algún día.
Asomándose desde la entrada del búnker, el hombre de ojos dispares se asomó y luego salió a encarar a ambos shinobi mientras cargaba con una cajita con una cruz en ella.
—¿Ara?— se acercó a paso lento hasta la posición de los genin, aunque sus ojos estaban más centrados en el demonio que se iba disolviendo lentamente. —¡Ehhhh que decepción!— Se agachó a ver al monstruo. —Esta cosa... ¿Es lo que llaman gebijuu? Aparentemente se está convirtiendo en chakra; alguna vez había escuchado que los bijuu de alguna manera eran formas de chakra viviente y estas aunque más pequeñas parecen seguir la misma regla ¿Será que vuelve a otro estado más puro al morir? Ahhhhh si ese es el caso no hay manera de conservar muestras de ella, me hubiera gustado estudiar el proceso mediante el cuál el chakra puede convertirse en materia viva — parpadeó y volteó a ver los muchachos. —Ah. Y veo que están bien. La verdad siendo genin no esperaba que pudieran con ella, pero al final han sobrevivido y con mucho menos daño del que mis estadísticas predijeron. Ustedes deben estar muy por encima de la media — sonrió. —A ver, tengo algo para esos cortes. Creo que puedo darles algo de primeros auxilios y algo de analgésico— Se puso de nuevo en pie y abrió la cajita esperando que los muchachos cooperasen para ayudarles.
Una vez los terminase de atender, se quitaría el sudor de la frente. Para cuando eso ocurriese, el cuerpo ya habría desaparecido.
—Ahora que puedo salir sin que me exploten la cabeza, creo que deberé llevarme a Kaede a otro sitio. Parece que mi mujer fue asesinada tras empujara a Kaede para salvarla y aquí en medio de la nada no tenemos nada para vivir ahora que el asentamiento fue borrado. Bueno, quizá vaya a Tane-Shigai un tiempo, Kaede nunca ha estado en una urbe grande y si quiero que aprenda a no ser tan dependiente de las órdenes tendrá qué socializar un poco — hablaba de ello sonriente, pero con una extraña frialdad.
»Ustedes supongo tendrán que dar un reporte o algo, ¿no? Tengo entendido que en Kusagakure la burocracia reina por sobre todo. No sé si podrían, no sé. ¿Omitir en su reporte sobre mis actividades? La gente suele pensar muy mal al respecto y tampoco quiero que gente avariciosa me ande molestando. ¿Me harían ese favor? De lo demás cuenten lo que quieran.
La ira, el dolor, se habían ido por ahora y se diseminaban en el aire. Para tristemente, volver algún día.
Asomándose desde la entrada del búnker, el hombre de ojos dispares se asomó y luego salió a encarar a ambos shinobi mientras cargaba con una cajita con una cruz en ella.
—¿Ara?— se acercó a paso lento hasta la posición de los genin, aunque sus ojos estaban más centrados en el demonio que se iba disolviendo lentamente. —¡Ehhhh que decepción!— Se agachó a ver al monstruo. —Esta cosa... ¿Es lo que llaman gebijuu? Aparentemente se está convirtiendo en chakra; alguna vez había escuchado que los bijuu de alguna manera eran formas de chakra viviente y estas aunque más pequeñas parecen seguir la misma regla ¿Será que vuelve a otro estado más puro al morir? Ahhhhh si ese es el caso no hay manera de conservar muestras de ella, me hubiera gustado estudiar el proceso mediante el cuál el chakra puede convertirse en materia viva — parpadeó y volteó a ver los muchachos. —Ah. Y veo que están bien. La verdad siendo genin no esperaba que pudieran con ella, pero al final han sobrevivido y con mucho menos daño del que mis estadísticas predijeron. Ustedes deben estar muy por encima de la media — sonrió. —A ver, tengo algo para esos cortes. Creo que puedo darles algo de primeros auxilios y algo de analgésico— Se puso de nuevo en pie y abrió la cajita esperando que los muchachos cooperasen para ayudarles.
Una vez los terminase de atender, se quitaría el sudor de la frente. Para cuando eso ocurriese, el cuerpo ya habría desaparecido.
—Ahora que puedo salir sin que me exploten la cabeza, creo que deberé llevarme a Kaede a otro sitio. Parece que mi mujer fue asesinada tras empujara a Kaede para salvarla y aquí en medio de la nada no tenemos nada para vivir ahora que el asentamiento fue borrado. Bueno, quizá vaya a Tane-Shigai un tiempo, Kaede nunca ha estado en una urbe grande y si quiero que aprenda a no ser tan dependiente de las órdenes tendrá qué socializar un poco — hablaba de ello sonriente, pero con una extraña frialdad.
»Ustedes supongo tendrán que dar un reporte o algo, ¿no? Tengo entendido que en Kusagakure la burocracia reina por sobre todo. No sé si podrían, no sé. ¿Omitir en su reporte sobre mis actividades? La gente suele pensar muy mal al respecto y tampoco quiero que gente avariciosa me ande molestando. ¿Me harían ese favor? De lo demás cuenten lo que quieran.