28/12/2015, 00:20
(Última modificación: 28/12/2015, 00:23 por Uchiha Datsue.)
Augurio, Otoño del Año 200
Datsue caminaba por la serpenteante escalera de piedra, preguntándose una y otra vez si no estaría equivocándose de camino y haciendo todo aquel esfuerzo en vano. El mapa, desde luego, indicaba que para ir a Notsuba se podía pasar por allí, pero el Uchiha temía que podía haber optado por otro camino más sencillo. O, por lo menos, más descansado.
Los músculos de las piernas le ardían por el esfuerzo, y el oxígeno escaseaba en su sangre, fruto del cansancio y las elevadas temperaturas. La mochila, además, bamboleaba a su espalda, incomodándole en cada movimiento.
Pero lo peor no era aquello, sino su cansancio mental. Tras subir y subir escalones durante minutos que parecían horas, la meta no parecía más cercana. De hecho, parecía que no había avanzado casi nada.
—¡Esto es una mierda! —gritó, exasperado, tirando la mochila al suelo.
Cansado, se dejó caer sobre un escalón y alcanzó la mochila para extraer una cantimplora, de la cual bebió sendos tragos. Luego, la guardó en su sitio y se recostó hacia atrás, apoyando los codos en el escalón de arriba y echando la cabeza hacia atrás, contemplando el cielo estampado de nubes sueltas aquí y allá.
Estiró las piernas lo más que pudo y suspiró. Todavía no había llegado ni a la mitad del recorrido, pero pensó que un pequeño descanso no le vendría mal en absoluto.