9/05/2020, 20:57
—No, no os vais a ningún lado... —Dictó firmemente. —Ahora sabéis demasiado y me veo obligado a deciros que desde ahora, estáis trabajando para mi. —Su mirada penetrante paralizó a Takumi, que no se creía lo que estaba escuchando.
«No voy a trabajar para nadie más que para Uzushiogakure viejo... No te confundas.» Verbalizar lo que se pasaba por su cabeza hubiera sido un suicidio, no era cuestión de morir de esa manera.
—Pe-pero... Fakui-sama. —Replicó temeroso el samurai.
El anciano le hizo callar con un leve gesto y se acercó a los genins, parecía calmado, incluso su expresión facial parecía ser tranquilizadora... Pero el ambiente que se respiraba en aquella plaza tenía de todo menos de tranquilizador. El corazón del marionetista latía velozmente, no sabía que hacer para salir de esta situación... «Si se enteran nuestras Aldeas... Dios podemos acabar siendo juzgados como traidores y ser ejecutados.» Dejó de pensar en ello cuando vio a la marioneta humana frente a él, apoyándole la mano en el hombro otra vez. El de gafas tragó saliva.
—Fuuinjutsu ¿eh? —Murmuró. —Tu no eres de aquí... Y también eres ninja... Dime... ¿qué sabes hacer? —Dijo mirando al amejin.
—Sé defenderme. —Sentenció Kisame.
Fakui se rió ante la respuesta del pálido genin. El kazejin miró a su compañero, igual que él su miedo era palpable... Era una situación muy, pero que muy, jodida. El del Remolino se quedó callado, observando el devenir de aquella situación. A saber que quería de ellos aquel anciano, aún que seguro que nada bueno.
«No voy a trabajar para nadie más que para Uzushiogakure viejo... No te confundas.» Verbalizar lo que se pasaba por su cabeza hubiera sido un suicidio, no era cuestión de morir de esa manera.
—Pe-pero... Fakui-sama. —Replicó temeroso el samurai.
El anciano le hizo callar con un leve gesto y se acercó a los genins, parecía calmado, incluso su expresión facial parecía ser tranquilizadora... Pero el ambiente que se respiraba en aquella plaza tenía de todo menos de tranquilizador. El corazón del marionetista latía velozmente, no sabía que hacer para salir de esta situación... «Si se enteran nuestras Aldeas... Dios podemos acabar siendo juzgados como traidores y ser ejecutados.» Dejó de pensar en ello cuando vio a la marioneta humana frente a él, apoyándole la mano en el hombro otra vez. El de gafas tragó saliva.
—Fuuinjutsu ¿eh? —Murmuró. —Tu no eres de aquí... Y también eres ninja... Dime... ¿qué sabes hacer? —Dijo mirando al amejin.
—Sé defenderme. —Sentenció Kisame.
Fakui se rió ante la respuesta del pálido genin. El kazejin miró a su compañero, igual que él su miedo era palpable... Era una situación muy, pero que muy, jodida. El del Remolino se quedó callado, observando el devenir de aquella situación. A saber que quería de ellos aquel anciano, aún que seguro que nada bueno.