Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
También me encuentro intrigado —hablo el peliblanco—. Los resultados de la batalla están claros, pero aún no ha dicho como termino todo.

A eso voy —bufo—. La mayoría de los bandidos se dieron a la fuga luego de aquel teatro de fuego y muerte. Resulta que tenían otro barco en mejores condiciones, pero mi subordinado logro interceptarlos a tiempo: en lugar de pelear con ellos, saboteo la nave e hizo que encallaran en una formación rocosa cercana.

»Desperté a los tres días, luego de recibir los primeros auxilios. Los genin estaban bastante apaleados, pero sus heridas no eran fatales. Aquí debo señalar la importancia de un buen subordinado, aunque yo nunca fui buena para ello: el chūnin había cuidado de mí y puesto orden en la población. Los maleantes aún seguían encallados en aquellas rocas, y como los únicos botes eran los del pueblo, dependían de los mismos para un posible rescate.

»Aun así, preferí dejarles unos días más allí, mientras conseguían algo de medicina para mí, analgésicos en su mayor parte. Tuve que esperar a llegar a la aldea para que me trataran correctamente, por suerte había un médico de pescadores con cara de loco, pero de muy buenas habilidades. Pasaba el rato recostada, hablando con él: les sorprenderían las heridas que pueden producirse en el oficio de pescador.

»Cuando considere que los bandidos habían pasado suficiente hambre, me acerque a ellos en un bote junto con mi equipo. Sería exagerado decir que les abordamos por la fuerza, pero sí hizo falta zarandearles un poco. En fin, que, luego de una tarde de fructíferos interrogatorios, me hice un panorama bastante claro de la situación.

»El pequeño grupo de piratas, para no ser destruido, se había aliado con un recién llegado esclavista. Era por eso que en el pueblo cercano habían desaparecido las mujeres y los jóvenes, se los habían llevado para venderles. Quien hacía de tendero de tan lamentable negocio era el hombre con quien me enfrente, un matón especializado en supervisar operaciones en las que había que ensuciarse las manos. No estaba asociado a ninguna aldea, pero vaya que si tenía varias solicitudes de captura en varios países. En cuanto a cómo fue que me engañaron, parece ser que este sujeto había colocado a un agente que vigilase aquel pueblo. Asumo que dicho agente me estuvo espiando y pasando la información de mis movimientos a aquel matón.

¿Y qué paso con el agente? ¿Qué le hizo? —pregunto Kazuma.

Nada, el sujeto huyó antes de que pudiéramos apresarlo —confeso con cierto tono de decepción—. En cuanto a los criminales, nos llevamos a la aldea a los que tenían alguna información útil y ejecutamos al resto.
[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]
Responder


Mensajes en este tema
Saki, el arte viviente - por Hanamura Kazuma - 28/12/2019, 03:43
RE: Saki, el arte viviente - por Hanamura Kazuma - 10/05/2020, 02:09


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.