16/05/2020, 13:10
(Última modificación: 16/05/2020, 13:16 por Taka Kisame. Editado 1 vez en total.)
Asintió entonces, no conocía a ningún combatiente de primera división, realmente a excepción de Roga. No le había visto durante todo el torneo y realmente tenía curiosidad por saber como le había ido... Él sentía pasión por pelear y nunca se rendía. Una actitud que al parecer la gente premiaba pero desde su punto de vista era totalmente ridícula y le provocaba mucha risa. Pelear hasta el final sin tener en cuenta tu integridad física era lo mas estúpido del mundo... Alguien con dos dedos de frente sabe cuando puede ganar y cuando no y cuando se acaban sus posibilidades, lo mejor es dejarlo a tiempo para no recibir daños innecesarios ni perder el tiempo.
-Si. Esa chica destrozó la marioneta de un buen amigo y lo cierto es que no pretendía arriesgarme ni un poquito a que le pasase eso a mis huesos. Esto es un torneo de pacotilla, no una misión... Jugarse la vida aquí es totalmente voluntario -Dijo con tono frío y cortante -No obtienes recompensa alguna al ganar a excepción de... "la gloria y el reconocimiento" -Dijo como si esas dos palabras le pareciesen patéticas -Digamos que le tengo aprecio a mi vida... No he venido aquí a jugarme la vida solo para demostrar que soy mejor. No tengo necesidad de demostrarle nada a nadie. -Concluyó, quizás su forma de ver las cosas fuese de lo mas normal para un civil, pero siendo un shinobi esa postura era totalmente excéntrica.
Y así pretendía seguir. Si tenía posibilidades de ganar un combate, lo haría... De lo contrario, lo abandonaría a la mayor brevedad. Prefería reservarse su voluntad, su dolor y su rabia para una misión donde fuese realmente importante vencer a tu rival. Lo único que se jugaban en ese torneo eran estigmas sociales, posición, gloria. Ese tipo de cosas intangibles que no servían para nada. Un hombre hambriento no saciaría su necesidad con posición social ni gloria. Un niño huérfano no encontraría su consuelo obteniendo honor y reconocimiento. Su tarea como shinobi era servir a la aldea, mantenerla segura y velar por sus intereses. Quien quiera ser popular, que lo sea. El amejín tenía una férrea opinión sobre ello: "Lo que la gente opine de ti no sirve absolutamente para nada, solo tú sabes cual es tu poder y solo tú decides en qué usarlo".
-¿Cómo te han ido los combates? En mi división hay unas diferencias de poder increíbles, yo he llegado a la semifinal y aún no entiendo como, pareciera otra competición, el escalón de poder entre el primer combate y el segundo ha sido enorme... -Preguntó, tratando de sonar menos frío que de costumbre.
-Si. Esa chica destrozó la marioneta de un buen amigo y lo cierto es que no pretendía arriesgarme ni un poquito a que le pasase eso a mis huesos. Esto es un torneo de pacotilla, no una misión... Jugarse la vida aquí es totalmente voluntario -Dijo con tono frío y cortante -No obtienes recompensa alguna al ganar a excepción de... "la gloria y el reconocimiento" -Dijo como si esas dos palabras le pareciesen patéticas -Digamos que le tengo aprecio a mi vida... No he venido aquí a jugarme la vida solo para demostrar que soy mejor. No tengo necesidad de demostrarle nada a nadie. -Concluyó, quizás su forma de ver las cosas fuese de lo mas normal para un civil, pero siendo un shinobi esa postura era totalmente excéntrica.
Y así pretendía seguir. Si tenía posibilidades de ganar un combate, lo haría... De lo contrario, lo abandonaría a la mayor brevedad. Prefería reservarse su voluntad, su dolor y su rabia para una misión donde fuese realmente importante vencer a tu rival. Lo único que se jugaban en ese torneo eran estigmas sociales, posición, gloria. Ese tipo de cosas intangibles que no servían para nada. Un hombre hambriento no saciaría su necesidad con posición social ni gloria. Un niño huérfano no encontraría su consuelo obteniendo honor y reconocimiento. Su tarea como shinobi era servir a la aldea, mantenerla segura y velar por sus intereses. Quien quiera ser popular, que lo sea. El amejín tenía una férrea opinión sobre ello: "Lo que la gente opine de ti no sirve absolutamente para nada, solo tú sabes cual es tu poder y solo tú decides en qué usarlo".
-¿Cómo te han ido los combates? En mi división hay unas diferencias de poder increíbles, yo he llegado a la semifinal y aún no entiendo como, pareciera otra competición, el escalón de poder entre el primer combate y el segundo ha sido enorme... -Preguntó, tratando de sonar menos frío que de costumbre.