17/05/2020, 14:20
La marionetista se retiró a sus aposentos, dejando a los genin en la sala kunto a unos cojines y algo de té. Y Takumi se entretenía viendo la lluvia, era algo que aún le causaba gran curiosidad. Las lluvias en Kaze no Kuni no son lo que se digan comunes precisamente y desde que salió de allí una buena tarde de lluvia le fascinaba, el sonido era agradable y ayudaba de sobremanera a su productividad estudiando manuales de marionetas.
—Takumi-san, ¿quieres hacer un poco de música? —Preguntó.
—Por mí perfecto, ¿les pido a los sirvientes si me pueden traer el oud otra vez?
No estaría mal, tenía que admitir que desde que comenzó a vivir en Uzushiogakure había abandonado un poco el oud, le faltaban horas a los días para poder hacer todo lo que quería.
—Takumi-san, ¿quieres hacer un poco de música? —Preguntó.
—Por mí perfecto, ¿les pido a los sirvientes si me pueden traer el oud otra vez?
No estaría mal, tenía que admitir que desde que comenzó a vivir en Uzushiogakure había abandonado un poco el oud, le faltaban horas a los días para poder hacer todo lo que quería.