30/05/2020, 19:51
El ave que revoloteaba por lo alto seguía sobrevolando la zona, ignorando a los cánidos y a aquel desvalido ciudadano.
Rao confió y siguió a Akane, aunque casi le da el infarto en cuando escuchó al otro perro callejero hablarle, sólo para descubrir que se trataba en realidad del Inuzuka.
—¡¿Pero qué dices Etsu?!— Su único ojo se abrió como plato mientras negaba con la cabeza y su quijada casi caía al piso mientras el pobre hombre se arrodillaba en la desesperación, dejando caer por sus mejillas gotas de líquido salino. —Entonces si fuiste tú... Cuando lo escuché de los aldeanos no quería creerlo, pero ahora, ya no sé ni como sentirme — Agachó la mirada hasta el suelo.
¿Tristeza, enojo? No sabía ya ni porqué lloraba. ¿Quién tenía la culpa de todo realmente?
—No sé ya si hice lo correcto — Apretó los puños. —No me pidas oportunidades, no soy yo quién debe darlas — Su voz era monótona.
»¿Entiendes lo que sucede ahora? Los heridos, no tienen ya dónde caerse muertos. En este punto los Cuatro de Ibaraki son ahora los únicos que pueden sufragar los gastos de esta gente. Si los derrotas ahora mismo, ¿quién va a ayudar a las víctimas del accidente? Es verdad, es una jodida extorsión lo que hacen al cobrar luego, pero es eso o dejar a su suerte a los aldeanos. ¡Yo no sé que más hacer ya! No quiero saber nada más.
Rao confió y siguió a Akane, aunque casi le da el infarto en cuando escuchó al otro perro callejero hablarle, sólo para descubrir que se trataba en realidad del Inuzuka.
—¡¿Pero qué dices Etsu?!— Su único ojo se abrió como plato mientras negaba con la cabeza y su quijada casi caía al piso mientras el pobre hombre se arrodillaba en la desesperación, dejando caer por sus mejillas gotas de líquido salino. —Entonces si fuiste tú... Cuando lo escuché de los aldeanos no quería creerlo, pero ahora, ya no sé ni como sentirme — Agachó la mirada hasta el suelo.
¿Tristeza, enojo? No sabía ya ni porqué lloraba. ¿Quién tenía la culpa de todo realmente?
—No sé ya si hice lo correcto — Apretó los puños. —No me pidas oportunidades, no soy yo quién debe darlas — Su voz era monótona.
»¿Entiendes lo que sucede ahora? Los heridos, no tienen ya dónde caerse muertos. En este punto los Cuatro de Ibaraki son ahora los únicos que pueden sufragar los gastos de esta gente. Si los derrotas ahora mismo, ¿quién va a ayudar a las víctimas del accidente? Es verdad, es una jodida extorsión lo que hacen al cobrar luego, pero es eso o dejar a su suerte a los aldeanos. ¡Yo no sé que más hacer ya! No quiero saber nada más.
![[Imagen: 7FT8VMk.gif]](https://i.imgur.com/7FT8VMk.gif)
