2/06/2020, 16:29
(Última modificación: 2/06/2020, 16:30 por Inuzuka Etsu. Editado 1 vez en total.)
Su oponente pareció un tanto extrañado ante la aparición de dos oponentes, y ni por el apellido pareció entender de qué se trataba. Igualmente, eso no le achantó, ni mucho menos. Es más, lanzó una... ¿amenaza?
«¿Qué diantres significa "AIM SORRY"?»
Ahora eran ambos Inuzuka los que estaban descolocados, sin saber muy bien qué entender con esas palabras. Casi parecían un insulto, eso de sorry sonaba a todo menos amigable. Además, acompañó esas palabras con que ya se había decidido quién iba a ganar antes de empezar. Adoptó una posición de guardia de lo más peculiar, imitando a algún animal feroz, y sentenció que no pretendía ofender. De nuevo, unas palabras de las que no entendió ni mierdas.
«"aim gona fukin bit yo daun" y ahora... ¿qué diantres ha dicho?»
No entendía ni papa, pero lo que estaba claro era que el chico se las daba de haber ganado ya. Curiosamente, entre amenazas o insultos —o lo que fuesen esas cosas— usaba palabras como respeto, u oponente digno. Luego las taladraba de nuevo con más egocentrismo y prepotencia... casi podía decirse que no había mejor refrán del abuelo para éste caso que Una de cal, y una de arena. Aunque éste chico lo llevaba demasiado al fogón, sin dejar de repartir en ningún momento cal y arena a diestro y siniestro. Vamos, repartía pero a palas. Para todos, y gratis.
Etsu y Akane se encogieron de hombros en lo que se miraban de reojo, era sin duda el oponente más carismático y a la vez extraño con el que habían podido enfrentarse quizás. Incluso más que Puma, o la quimera con cabeza de chacal...
—¿Cuál quieres, la pequeña o la grande? —preguntó Etsu, sin venir a cuento quizás.
—¡Rrraaa grraaande! ¡Jijijiji! —contestó en respuesta Akane entre risas, sabiendo que la pregunta era para él.
Etsu tomó el hacha que llevaba a la espalda, y la lanzó con las mismas a los pies de Akane. Sin perder segundo alguno, éste tomó el arma con ambas manos. Claramente, a éste le costó mucho más manejar el arma que al primero, el cuál había podido tomarla con una sola mano. Akane empuñó la ono frente a sí, adoptando su propia posición de defensa. Etsu por su parte hincó los pies casi en paralelo, flexionó levemente las rodillas, y afianzó ambas manos a sendos lados de la cadera con los puños cerrados. Se trataba en éste último caso de la posición base del estilo familiar, lo que había venido a mostrar al mundo.
El Tekken.
—Cuando te quites la patata de la boca, quizás entienda algo de lo que dices, King Roga. Pero igualmente, te aseguro que no hay un ganador en éste combate, si no dos.
Todo parecía listo para dar comienzo, y aunque su oponente parecía decidido y fuerte, incluso amenazante... NO, no había opción de echarse atrás, o retroceder. Estaban en un torneo, y todas las altas esferas de ambas sociedades —shinobis y civiles— estaban atentos a las contiendas. Solo había una opción en pie y aceptable para éstos casos, y era darlo todo.
«¿Qué diantres significa "AIM SORRY"?»
Ahora eran ambos Inuzuka los que estaban descolocados, sin saber muy bien qué entender con esas palabras. Casi parecían un insulto, eso de sorry sonaba a todo menos amigable. Además, acompañó esas palabras con que ya se había decidido quién iba a ganar antes de empezar. Adoptó una posición de guardia de lo más peculiar, imitando a algún animal feroz, y sentenció que no pretendía ofender. De nuevo, unas palabras de las que no entendió ni mierdas.
«"aim gona fukin bit yo daun" y ahora... ¿qué diantres ha dicho?»
No entendía ni papa, pero lo que estaba claro era que el chico se las daba de haber ganado ya. Curiosamente, entre amenazas o insultos —o lo que fuesen esas cosas— usaba palabras como respeto, u oponente digno. Luego las taladraba de nuevo con más egocentrismo y prepotencia... casi podía decirse que no había mejor refrán del abuelo para éste caso que Una de cal, y una de arena. Aunque éste chico lo llevaba demasiado al fogón, sin dejar de repartir en ningún momento cal y arena a diestro y siniestro. Vamos, repartía pero a palas. Para todos, y gratis.
Etsu y Akane se encogieron de hombros en lo que se miraban de reojo, era sin duda el oponente más carismático y a la vez extraño con el que habían podido enfrentarse quizás. Incluso más que Puma, o la quimera con cabeza de chacal...
—¿Cuál quieres, la pequeña o la grande? —preguntó Etsu, sin venir a cuento quizás.
—¡Rrraaa grraaande! ¡Jijijiji! —contestó en respuesta Akane entre risas, sabiendo que la pregunta era para él.
Etsu tomó el hacha que llevaba a la espalda, y la lanzó con las mismas a los pies de Akane. Sin perder segundo alguno, éste tomó el arma con ambas manos. Claramente, a éste le costó mucho más manejar el arma que al primero, el cuál había podido tomarla con una sola mano. Akane empuñó la ono frente a sí, adoptando su propia posición de defensa. Etsu por su parte hincó los pies casi en paralelo, flexionó levemente las rodillas, y afianzó ambas manos a sendos lados de la cadera con los puños cerrados. Se trataba en éste último caso de la posición base del estilo familiar, lo que había venido a mostrar al mundo.
El Tekken.
—Cuando te quites la patata de la boca, quizás entienda algo de lo que dices, King Roga. Pero igualmente, te aseguro que no hay un ganador en éste combate, si no dos.
Todo parecía listo para dar comienzo, y aunque su oponente parecía decidido y fuerte, incluso amenazante... NO, no había opción de echarse atrás, o retroceder. Estaban en un torneo, y todas las altas esferas de ambas sociedades —shinobis y civiles— estaban atentos a las contiendas. Solo había una opción en pie y aceptable para éstos casos, y era darlo todo.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~