8/06/2020, 20:24
(Última modificación: 8/06/2020, 20:38 por Tsukiyama Daigo. Editado 1 vez en total.)
¡CHOF! Ayame explotó, transformándose en una masa de agua en cuanto el primer clon chocó con ella.
«¿¡Cómo!?»
Claro ¡Claro! Antes vio como ella se transformaba desde un charco de agua ¡Pero nunca pensó que podía hacerlo para evitar un ataque!
Daigo continuó lanzando sus clones sin detenerse, pensaba que su técnica acabaría por sobreponerse ante la de Ayame, o quizás conseguiría durar más que la de Ayame, o quizás...
No. No debía pensar en esas cosas. Debía continuar atacando y atacando y atacando hasta que eventualmente no pudiera atacar más, y entonces tendría que volver a hacerlo.
Y así fue, eventualmente sus brazos cedieron y le impidieron continuar con la ofensiva.
Y así será, volvería a atacar una y otra y otra y otra vez sin descanso si eso le acercaba un poco más a la victoria, pero estaba tan cansado... intentó juntar las manos antes de llegar al suelo, pero apenas podía juntarlas y...
Acabó por estrellarse contra el suelo a gran velocidad, poco después que Ayame, que fue la primera en levantarse por poco, también. La chica reculó un poco mientras el boxeador intentaba recuperar el aliento. Casi no le quedaba chakra, pero de nuevo: casi.
—¡Muy buena esa técnica! —Le concedió Ayame mientras se llevaba las manos a la espalda. Daigo buscó algo en su portaobjetos.
«Necesito ahorrar chakra» se dijo «¿Debería hacerlo?»
—¡Pero esto no ha terminado, Daigo!
La kunoichi lanzó sendos shuriken en dirección al peliverde, que en lugar de intentar evitarlos estiró las manos al frente y...
Abrió un pergamino.
Para la sopresa de Daigo —que se esforzó muy bien en disimular—, de él salió disparada una esfera gigante de viento visible que avanzó rauda en dirección a Ayame, chocando con las kunai por el camino, desviándolas y apartando todo a su paso hasta encontrarse con su objetivo, o fallar en el intento.
«¿¡Cómo!?»
Claro ¡Claro! Antes vio como ella se transformaba desde un charco de agua ¡Pero nunca pensó que podía hacerlo para evitar un ataque!
Daigo continuó lanzando sus clones sin detenerse, pensaba que su técnica acabaría por sobreponerse ante la de Ayame, o quizás conseguiría durar más que la de Ayame, o quizás...
No. No debía pensar en esas cosas. Debía continuar atacando y atacando y atacando hasta que eventualmente no pudiera atacar más, y entonces tendría que volver a hacerlo.
Y así fue, eventualmente sus brazos cedieron y le impidieron continuar con la ofensiva.
Y así será, volvería a atacar una y otra y otra y otra vez sin descanso si eso le acercaba un poco más a la victoria, pero estaba tan cansado... intentó juntar las manos antes de llegar al suelo, pero apenas podía juntarlas y...
¡PLOF!
Acabó por estrellarse contra el suelo a gran velocidad, poco después que Ayame, que fue la primera en levantarse por poco, también. La chica reculó un poco mientras el boxeador intentaba recuperar el aliento. Casi no le quedaba chakra, pero de nuevo: casi.
—¡Muy buena esa técnica! —Le concedió Ayame mientras se llevaba las manos a la espalda. Daigo buscó algo en su portaobjetos.
«Necesito ahorrar chakra» se dijo «¿Debería hacerlo?»
—¡Pero esto no ha terminado, Daigo!
La kunoichi lanzó sendos shuriken en dirección al peliverde, que en lugar de intentar evitarlos estiró las manos al frente y...
Abrió un pergamino.
Para la sopresa de Daigo —que se esforzó muy bien en disimular—, de él salió disparada una esfera gigante de viento visible que avanzó rauda en dirección a Ayame, chocando con las kunai por el camino, desviándolas y apartando todo a su paso hasta encontrarse con su objetivo, o fallar en el intento.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.