12/06/2020, 08:01
Caminando por un barrio acaudalado de la aldea, iba un chico caminando con andar cadencioso. Sin embargo, él no era para nada parte de los residentes de aquel lugar. Sus ojos penetrantes buscaban una dirección en específico, amparado bajo la sombra de un paraguas negro. «Así que la primera misión... Supongo que por algún lado se tiene que empezar» Aunque de por sí el asunto lucía algo problemático y peculiar.
Era su primera misión, aunque se le había asignado a alguien más con quién cooperar para aquel trabajo. «Me pregunto si nos podremos llevar bien.» Pieza fundamental para lograr un trabajo en equipo efectivo. Era una misión aparentemente sencilla, pero tenía un leve presentimiento de que quizá las cosas no eran lo que parecían. Sin embargo, hasta no llegar no podría evaluar que tan complejo sería el trabajo.
Finalmente logró divisar su objetivo: Una enorme casona de diseño moderno cuya entrada estaba cercada por una reja metálica de picos afilados. Tenía un pequeño jardín con plantas verdes, dándose el pequeño lujo de tenerlo para adorno personal. La puerta de la reja estaba abierta, tras lo cual había un zigzagueante camino empedrado hasta llegar al acceso principal de la mansión. Sin embargo, él no entraría por su cuenta hasta haberse encontrado con la persona que habría de ser su colaborador efectivo. ¿Quién sería? Él recibió por la mañana el pergamino con las instrucciones para el trabajo, por lo que intuía su colega también se habría enterado de la misma manera. Buscaría con la mirada, o bien, esperaría. «Quizá sea interesante.» Mantendría su rostro oculto bajo el paraguas, dejando ver únicamente su sonrisa.
Era su primera misión, aunque se le había asignado a alguien más con quién cooperar para aquel trabajo. «Me pregunto si nos podremos llevar bien.» Pieza fundamental para lograr un trabajo en equipo efectivo. Era una misión aparentemente sencilla, pero tenía un leve presentimiento de que quizá las cosas no eran lo que parecían. Sin embargo, hasta no llegar no podría evaluar que tan complejo sería el trabajo.
Finalmente logró divisar su objetivo: Una enorme casona de diseño moderno cuya entrada estaba cercada por una reja metálica de picos afilados. Tenía un pequeño jardín con plantas verdes, dándose el pequeño lujo de tenerlo para adorno personal. La puerta de la reja estaba abierta, tras lo cual había un zigzagueante camino empedrado hasta llegar al acceso principal de la mansión. Sin embargo, él no entraría por su cuenta hasta haberse encontrado con la persona que habría de ser su colaborador efectivo. ¿Quién sería? Él recibió por la mañana el pergamino con las instrucciones para el trabajo, por lo que intuía su colega también se habría enterado de la misma manera. Buscaría con la mirada, o bien, esperaría. «Quizá sea interesante.» Mantendría su rostro oculto bajo el paraguas, dejando ver únicamente su sonrisa.