13/06/2020, 13:03
—¿Eh? Ah, sí. Kota-san. ¿Kota? —Daigo dudó durante un instante, y se llevó la mano a la barbilla, mirando al cielo—. ¡Yota! Hablas de Yota-kun, ¿no? —añadió, chocando el dorso de su puño contra la palma de su mano.
Y Ayame asintió con vehemencia.
—¡Sí! ¡Eso es! ¡Yota, no Kota!
—Lo siento, pero solo sé lo que hizo y que Kintsugi-sama le quitó la bandana... aunque supongo que eso ya lo sabes.
—Sí... algo he oído... —respondió ella, hundiendo los hombros y desviando la mirada. Dudó durante algunos segundos, mientras pensaba cómo formular su siguiente pregunta de la manera más delicada posible—. ¿Es cierto que lo hizo? Lo de... Kenzou-dono...
Y Ayame asintió con vehemencia.
—¡Sí! ¡Eso es! ¡Yota, no Kota!
—Lo siento, pero solo sé lo que hizo y que Kintsugi-sama le quitó la bandana... aunque supongo que eso ya lo sabes.
—Sí... algo he oído... —respondió ella, hundiendo los hombros y desviando la mirada. Dudó durante algunos segundos, mientras pensaba cómo formular su siguiente pregunta de la manera más delicada posible—. ¿Es cierto que lo hizo? Lo de... Kenzou-dono...