14/06/2020, 15:00
—Una vuelta a los orígenes de mi arte, ¿eh? Creo que es algo que todo artista debería hacer en algún momento, una peregrinación.
El de gafas sonrió levemente, le alegró ver que la maestra vio su propuesta de buen grado. Luego la marionetista explicó que buscaba lugares lúgubres y luego se centraría a vistas más agradables, pero los principales centros urbanos prefería evitarlos. Entonces el peliblanco habló de Hanamura, un extraño pueblo del Paraje sin Sol del cual contaban tenebrosas historias. La descripción que del kusajin hizo que un escalofrío le recorriera la espalda, esperaba no tener que acercarse hasta ahí.
—Estas bromeando, ¿cierto? ¿Ahora me dirás que sus habitantes son creaturas de la noche? —La duda de Saki era normal, parecía un cuento para meter miedo a los niños más que la descripción de un lugar real.
—¿Qué? No, para nada. Su gente es relativamente normal, un poco aburrida y huraña; pero nada maligno o misterioso. Es solo que no les agradan los foráneos... Aunque durante las noches de misa y procesión el pueblo si suele volverse un poco espeluznante. —Parecía que hablaba con conocimiento, o eso o era una historia opular muy conocida en el País del Bosque.
—En Kaze no Kuni no contamos con pueblos fantasmales, lo más similar son las Minas de Akuma. El ambiente es extraño y las profundidades de la cueva son más misteriosas según te vas adentrando en ellas. Y aún se pueden ver las estructuras semienterradas por la arena de un yacimiento, probablemente de los últimos que ahí se asentaron.
El de gafas sonrió levemente, le alegró ver que la maestra vio su propuesta de buen grado. Luego la marionetista explicó que buscaba lugares lúgubres y luego se centraría a vistas más agradables, pero los principales centros urbanos prefería evitarlos. Entonces el peliblanco habló de Hanamura, un extraño pueblo del Paraje sin Sol del cual contaban tenebrosas historias. La descripción que del kusajin hizo que un escalofrío le recorriera la espalda, esperaba no tener que acercarse hasta ahí.
—Estas bromeando, ¿cierto? ¿Ahora me dirás que sus habitantes son creaturas de la noche? —La duda de Saki era normal, parecía un cuento para meter miedo a los niños más que la descripción de un lugar real.
—¿Qué? No, para nada. Su gente es relativamente normal, un poco aburrida y huraña; pero nada maligno o misterioso. Es solo que no les agradan los foráneos... Aunque durante las noches de misa y procesión el pueblo si suele volverse un poco espeluznante. —Parecía que hablaba con conocimiento, o eso o era una historia opular muy conocida en el País del Bosque.
—En Kaze no Kuni no contamos con pueblos fantasmales, lo más similar son las Minas de Akuma. El ambiente es extraño y las profundidades de la cueva son más misteriosas según te vas adentrando en ellas. Y aún se pueden ver las estructuras semienterradas por la arena de un yacimiento, probablemente de los últimos que ahí se asentaron.