4/01/2016, 21:16
Reiji al final de cuentas correspondió, es decir la tomó con firmeza por la mano dando menor importancia a la válvula. Acción suficiente para sacarle una leve sonrisa a la kunoichi que escuchaba atentamente a las palabras de pelirrojo que la acompañaba en dirección al pueblo.
Resultaba extraño que dos jóvenes se fueran caminando de la mano como si de una pareja se tratase siendo que apenas si se habían cruzado por primera vez en sus vidas, apenas se conocen sus nombres y poco más pero aún así, parecía ser que ambos se sentían cómodos con la compañía del otro.
Todas las palabras del pelirrojo servían para mantener a la kunoichi con una actitud que muy rara vez mostraba, dejaba salir su 'lado femenino' el cual prácticamente nadie le conocía. Después de todo, siempre evitaba que la gente pudiese llegar a interesarse en ella con su actitud, y si no lo lograba a propósito lo lograba sin quererlo al hablar con su madre.
- No es grave, a los dos días suelo salir. Solo quitan la válvula y agregan unos centímetros más al conducto para que no moleste. - Respondió la kunoichi que se mantenía cabizbaja y algo ruborizada. No estaba acostumbrada a sentirse querida por alguien.
Tampoco sabía bien de qué podría hablar con él que no fuera ella, apenas si se sabía su nombre y lo peor es que parecía ser que iban a pasar el resto del día juntos o hasta que alguno de los dos tenga que retirarse así que al final terminó por aprovechar esa incógnita. - Este… ¿Que hacías por aquí? - Preguntó con cierta timidez y con temor de molestarle, siendo un shinobi sería normal que no pudiese decirle a ciencia cierta lo que hacía y también existía la posibilidad de que todo fuera un acto para librarse de una kunoichi de una aldea desconocida por muchos. Quién sabe, Ritsuko seguro que no.
Resultaba extraño que dos jóvenes se fueran caminando de la mano como si de una pareja se tratase siendo que apenas si se habían cruzado por primera vez en sus vidas, apenas se conocen sus nombres y poco más pero aún así, parecía ser que ambos se sentían cómodos con la compañía del otro.
Todas las palabras del pelirrojo servían para mantener a la kunoichi con una actitud que muy rara vez mostraba, dejaba salir su 'lado femenino' el cual prácticamente nadie le conocía. Después de todo, siempre evitaba que la gente pudiese llegar a interesarse en ella con su actitud, y si no lo lograba a propósito lo lograba sin quererlo al hablar con su madre.
- No es grave, a los dos días suelo salir. Solo quitan la válvula y agregan unos centímetros más al conducto para que no moleste. - Respondió la kunoichi que se mantenía cabizbaja y algo ruborizada. No estaba acostumbrada a sentirse querida por alguien.
Tampoco sabía bien de qué podría hablar con él que no fuera ella, apenas si se sabía su nombre y lo peor es que parecía ser que iban a pasar el resto del día juntos o hasta que alguno de los dos tenga que retirarse así que al final terminó por aprovechar esa incógnita. - Este… ¿Que hacías por aquí? - Preguntó con cierta timidez y con temor de molestarle, siendo un shinobi sería normal que no pudiese decirle a ciencia cierta lo que hacía y también existía la posibilidad de que todo fuera un acto para librarse de una kunoichi de una aldea desconocida por muchos. Quién sabe, Ritsuko seguro que no.