16/06/2020, 16:58
Entonces el de Kusa pidió permiso a la kunoichi para hablarle del motivo de su visita, algo de negocios parecía ser y pese a que esos temas parecían no agradarle mucho a ella aceptó que le hiciera la propuesta.
—Vera, en Kusagakure soy parte de un grupo (pequeño pero creciente) que trata de acercar las artes y la cultura a los ninjas. —Parece que esto llamó la atención de la anciana maestra. —Mi maestro, un marionetista, me contó que su arte no es que sea poco habitual; pero que si es poco conocido por la generalidad de los jóvenes. Es el caso contrario del kenjutsu o ninjutsu. Por eso, y con el patrocinio económico de unos cuantos amigos, me he dispuesto a colaborar en la creación de un museo de “herramientas e ingenios ninja”. —«La verdad es que suena interesante.» —Sera algo pequeño, al menos en principio, pero creo que sería una maravilla si pudiera facilitarle algunas de sus marionetas.
—Tu también eres un marionetista, ¿Qué harías en mi lugar? —Le preguntó al kazejin.
—¿Mi opinión? —Se sorprendió de que alguien del estatus de Saki le preguntara siquiera.
Se quedó unos segundos meditando y bebió algo de leche caliente antes de disponerse a hablar.
—Nuestra disciplina hoy en día se ve como un aspecto militar, pero en sus orígenes no dejaba de ser algo meramente artístico, las primeras marionetas fueron creadas por los habitantes de la extinta Sunagakure para hacer teatro con ellas. Siendo sincero lo veo una gran oportunidad para acercar el mundo de las marionetas al gran público y no tiene por qué mostrar únicamente el aspecto bélico, sino también el de las artes escénicas. Yo colaboraría en esta propuesta, —Se quedó callado unos instantes. —pero claro, yo soy aún un novato y usted es una eminencia en el campo. Seguro que sabe sopesar mejor que yo los pros y los contras.
—Vera, en Kusagakure soy parte de un grupo (pequeño pero creciente) que trata de acercar las artes y la cultura a los ninjas. —Parece que esto llamó la atención de la anciana maestra. —Mi maestro, un marionetista, me contó que su arte no es que sea poco habitual; pero que si es poco conocido por la generalidad de los jóvenes. Es el caso contrario del kenjutsu o ninjutsu. Por eso, y con el patrocinio económico de unos cuantos amigos, me he dispuesto a colaborar en la creación de un museo de “herramientas e ingenios ninja”. —«La verdad es que suena interesante.» —Sera algo pequeño, al menos en principio, pero creo que sería una maravilla si pudiera facilitarle algunas de sus marionetas.
—Tu también eres un marionetista, ¿Qué harías en mi lugar? —Le preguntó al kazejin.
—¿Mi opinión? —Se sorprendió de que alguien del estatus de Saki le preguntara siquiera.
Se quedó unos segundos meditando y bebió algo de leche caliente antes de disponerse a hablar.
—Nuestra disciplina hoy en día se ve como un aspecto militar, pero en sus orígenes no dejaba de ser algo meramente artístico, las primeras marionetas fueron creadas por los habitantes de la extinta Sunagakure para hacer teatro con ellas. Siendo sincero lo veo una gran oportunidad para acercar el mundo de las marionetas al gran público y no tiene por qué mostrar únicamente el aspecto bélico, sino también el de las artes escénicas. Yo colaboraría en esta propuesta, —Se quedó callado unos instantes. —pero claro, yo soy aún un novato y usted es una eminencia en el campo. Seguro que sabe sopesar mejor que yo los pros y los contras.