28/06/2020, 19:35
—Bien. Aunque la bienvenida no haya sido la mejor, creo que su tiempo aquí ha sido entretenido, cuando menos.
—Gracias a usted, Saki-san. —Agradeció el kusajin junto con una reverencia.
—Muchas gracias por todo, ha sido una gran experiencia. —Realizó otra reverencia.
—A ustedes, chicos; son gente más interesante que aquella con la que suelo tratar. Siéntanse libres de visitarme cuando quieran... Aunque no muy pronto, estaré ocupada con los preparativos de mi “retiro” y quien sabe cuánto tiempo me encontrare ausente. Hasta la próxima, Takumi-kun, Kazuma-kun. —Se despidió finalmente la otrora kunoichi.
Pasaron la noche allí y por la mañana los genins se disponían a volver a sus respectivos hogares. Tamayo fue la encargada de despedirles.
—A pesar de los inconvenientes iniciales, espero que hayan disfrutado su estancia. Y gracias por haber animado a la señora, últimamente el trabajo le tenía bastante agobiada y aun no tenía claro que quería hacer... Aquí entre nos, puede que ella no lo admita, pero creo que conocerlos le ha ayudado a decidirse a viajar.
Esas palabras llenaron de alegría al joven de gafas.
—Ha sido un placer colaborar con ustedes y con Saki-dono respecto a su marioneta y al viaje. Y si algún día ella necesita otro conejillo de indias para sus nuevas creaciones pueden llamarme, estaré encantado de colaborar.
—Gracias a usted, Saki-san. —Agradeció el kusajin junto con una reverencia.
—Muchas gracias por todo, ha sido una gran experiencia. —Realizó otra reverencia.
—A ustedes, chicos; son gente más interesante que aquella con la que suelo tratar. Siéntanse libres de visitarme cuando quieran... Aunque no muy pronto, estaré ocupada con los preparativos de mi “retiro” y quien sabe cuánto tiempo me encontrare ausente. Hasta la próxima, Takumi-kun, Kazuma-kun. —Se despidió finalmente la otrora kunoichi.
Pasaron la noche allí y por la mañana los genins se disponían a volver a sus respectivos hogares. Tamayo fue la encargada de despedirles.
—A pesar de los inconvenientes iniciales, espero que hayan disfrutado su estancia. Y gracias por haber animado a la señora, últimamente el trabajo le tenía bastante agobiada y aun no tenía claro que quería hacer... Aquí entre nos, puede que ella no lo admita, pero creo que conocerlos le ha ayudado a decidirse a viajar.
Esas palabras llenaron de alegría al joven de gafas.
—Ha sido un placer colaborar con ustedes y con Saki-dono respecto a su marioneta y al viaje. Y si algún día ella necesita otro conejillo de indias para sus nuevas creaciones pueden llamarme, estaré encantado de colaborar.