29/06/2020, 19:32
¡Eso había pensado él en un principio!
Existían en la historia de la liga un buen puñado de escándalos de boxeadores que habían hecho trampa. Una de las metodologías más comunes era, como había sugerido Daigo, enyesar las vendas que recubren la mano para que los golpes fuesen más contundentes, o rellenar el acolchado de los guantes mismos con otro material más duro. Yatagama había convivido con esa idea durante un tiempo, aunque, después de ahondar más en el tema, descubrió la verdad.
—Eso pensábamos, pero mi equipo hizo el reclamo a los oficiales y le hicieron una pesquisa a los guantes que usó el cabrón en la pelea. No había nada raro, ni en el guante o en las vendas —aseguró—. me aconsejaron que lo dejara así pero estaba convencido de que ese hijo de puta no había ganado con las de la ley —soltó enrabietado. Se le veía iracundo y no era para menos—. fue entonces cuando lo vi. Lo vi con mi propios ojos.
»Ese hijo de puta estaba usando eso a lo que ustedes los ninjas llaman chakra.
Y es que, en un mundo donde ser ninja es la profesión predilecta de aquellos afortunados capaces de manejar esa energía antinatural y transformarla en las distintas y numerosas ramas conocidas del ninjutsu, son muchos los que agradecían no tener nada que ver con ello. Está claro que un combate entre dos shinobi, que usan poderes catastróficos y son capaces de moverse a la velocidad de la luz en el proceso puede resultar mucho más vistoso, pero en Oonindo existían grandes focos de fanáticos y ciudadanos de a pie que preferían las viejas usanzas. Para ellos, los fundadores de la Liga; el romanticismos que se escondía en la batalla entre dos hombres que sólo se baten con la naturalidad de sus puños era importante para hacer crecer la marca, y supieron explotarlo de la manera más apropiada posible.
Así pues, el deporte del Boxeo nació como una oportunidad para que los mundanos con habilidades humanas pudieran ganarse la vida y reclamar el honor que suelen robarse los audaces shinobi.
De más está decir que, para participar en la LKBP... tenías que ser un hombre común y corriente, incapaz de manejar el chakra en cualquiera de sus formas. Mentir al comité respecto a esta normativa conducía a una suspensión permanente e irrevocable.
Existían en la historia de la liga un buen puñado de escándalos de boxeadores que habían hecho trampa. Una de las metodologías más comunes era, como había sugerido Daigo, enyesar las vendas que recubren la mano para que los golpes fuesen más contundentes, o rellenar el acolchado de los guantes mismos con otro material más duro. Yatagama había convivido con esa idea durante un tiempo, aunque, después de ahondar más en el tema, descubrió la verdad.
—Eso pensábamos, pero mi equipo hizo el reclamo a los oficiales y le hicieron una pesquisa a los guantes que usó el cabrón en la pelea. No había nada raro, ni en el guante o en las vendas —aseguró—. me aconsejaron que lo dejara así pero estaba convencido de que ese hijo de puta no había ganado con las de la ley —soltó enrabietado. Se le veía iracundo y no era para menos—. fue entonces cuando lo vi. Lo vi con mi propios ojos.
»Ese hijo de puta estaba usando eso a lo que ustedes los ninjas llaman chakra.
Y es que, en un mundo donde ser ninja es la profesión predilecta de aquellos afortunados capaces de manejar esa energía antinatural y transformarla en las distintas y numerosas ramas conocidas del ninjutsu, son muchos los que agradecían no tener nada que ver con ello. Está claro que un combate entre dos shinobi, que usan poderes catastróficos y son capaces de moverse a la velocidad de la luz en el proceso puede resultar mucho más vistoso, pero en Oonindo existían grandes focos de fanáticos y ciudadanos de a pie que preferían las viejas usanzas. Para ellos, los fundadores de la Liga; el romanticismos que se escondía en la batalla entre dos hombres que sólo se baten con la naturalidad de sus puños era importante para hacer crecer la marca, y supieron explotarlo de la manera más apropiada posible.
Así pues, el deporte del Boxeo nació como una oportunidad para que los mundanos con habilidades humanas pudieran ganarse la vida y reclamar el honor que suelen robarse los audaces shinobi.
De más está decir que, para participar en la LKBP... tenías que ser un hombre común y corriente, incapaz de manejar el chakra en cualquiera de sus formas. Mentir al comité respecto a esta normativa conducía a una suspensión permanente e irrevocable.