6/01/2016, 19:26
Eri se sonrojó al notar como su compañero de aldea y el cochero que la llevaba en aquel carruaje le había elogiado al realizar la técnica que tanto la caracterizaba. Le sonrió de forma sincera mientras cerraba los ojos, orgullosa de lo que había hecho para luego darse la vuelta y volver a subir a la carroza. Una vez sentada en su asiento que la correspondía y dándose cuenta de que todavía llevaba la chaqueta del de cabellos blancos, mordió su labio inferior y decidió intentar devolvérsela antes de que terminase calándose hasta los huesos, cuando vio que Kazuma estaba recogiendo los trozos que habían quedado desperdigados por el suelo y que dificultaban el paso del corcel y el carro, y sin dudarlo intentó ir a ayudarle, pero cuando ya había puesto ambos pies en el suelo, el Ishimura ya venía de vuelta hacia ella.
-Claro, podemos seguir. - Susurró mirando hacia el suelo, sintiéndose un poco culpable ya que no le había ayudado a recoger lo que ella misma había destrozado, se sintió tonta mientras negaba con la cabeza.
Subió al carruaje y se sentó de nuevo como segundos antes había hecho. Mientras acomodaba su vestido para que no se ensuciase más de lo que ya estaba se fijó en Kazuma de nuevo, porque sus ojos se posaron en él y lo descubrió que de sus manos a las que observaba estaba cayendo un líquido bastante conocido para ella, sangre. La pequeña llevó una mano a sus labios y de un movimiento rápido se acercó al herido.
-¿Qué ha pasado? - Preguntó, confusa. Buscó en su muslo su kit médico, pero lo dejó en su casa esa mañana. Se llevó una mano a la frente. - Jopetas, me he dejado el kit médico en casa... ¿Y ahora qué? - Hinchó los mofletes, cabreada.
Movió la cabeza hacia ambos lados y algo en su cabeza se accionó como si de una bombilla se tratase. Subió al carruaje y tomó el lazo que minutos antes adornaba su espalda, improvisando un vendaje tal y como podía con los recursos que tenía en ese momento. Así, tiró del Ishimura para que se subiese a la parte donde ella se sentaba en el carruaje y cortó el lazo en varias partes, con varias limpió las heridas y con otras dos vendó las manos del Ishimura sin que éste se lo pidiese en ningún momento.
-Lo siento... Sé que no es mucho, pero no quiero que se te infecten. - Susurró apenada. - Vamos a terminar el viaje y así podrás irte a curar esas manos como de verdad se merecen, Kazuma-san
-Claro, podemos seguir. - Susurró mirando hacia el suelo, sintiéndose un poco culpable ya que no le había ayudado a recoger lo que ella misma había destrozado, se sintió tonta mientras negaba con la cabeza.
Subió al carruaje y se sentó de nuevo como segundos antes había hecho. Mientras acomodaba su vestido para que no se ensuciase más de lo que ya estaba se fijó en Kazuma de nuevo, porque sus ojos se posaron en él y lo descubrió que de sus manos a las que observaba estaba cayendo un líquido bastante conocido para ella, sangre. La pequeña llevó una mano a sus labios y de un movimiento rápido se acercó al herido.
-¿Qué ha pasado? - Preguntó, confusa. Buscó en su muslo su kit médico, pero lo dejó en su casa esa mañana. Se llevó una mano a la frente. - Jopetas, me he dejado el kit médico en casa... ¿Y ahora qué? - Hinchó los mofletes, cabreada.
Movió la cabeza hacia ambos lados y algo en su cabeza se accionó como si de una bombilla se tratase. Subió al carruaje y tomó el lazo que minutos antes adornaba su espalda, improvisando un vendaje tal y como podía con los recursos que tenía en ese momento. Así, tiró del Ishimura para que se subiese a la parte donde ella se sentaba en el carruaje y cortó el lazo en varias partes, con varias limpió las heridas y con otras dos vendó las manos del Ishimura sin que éste se lo pidiese en ningún momento.
-Lo siento... Sé que no es mucho, pero no quiero que se te infecten. - Susurró apenada. - Vamos a terminar el viaje y así podrás irte a curar esas manos como de verdad se merecen, Kazuma-san