13/07/2020, 19:03
Al final, Nao, tomó la decisión de recostar a la mujer de espalda contra el suelo y quitarse la chaqueta para intentar frenar un poco la hemorragia de la cabeza, aunque esta no parecía ser demasiado seria. Eso sí, no podía decir lo mismo de los huesos fuera de lugar. Le temblaban en un poco las manos por el nerviosismo. ¿Cuantas cosas podían salir así de mal en una simple misión de rango D? Pero una cosa quedaba clara, no iba a fallar la primera.
Ren y el mayordomo regresaron a toda velocidad, siendo que este último puso una cara de horror al ver a la damisela herida y se acercó a toda velocidad para revisar sus signos.
—TAKO-SAMA — Lucía preocupado en extremo. —Llamaré por teléfono a un médico, no podemos moverla por nuestra cuenta sin saber como lidiar con sus heridas. ¿Acaso ha caído desde arriba? Bueno no importa, conseguiré un doctor — Dijo el hombre con una voz muy severa mientras corría a la habitación contigua.
El genin se apartó un poco y se levantó. Creía tener una pista, por lo que se acercaría hasta su compañera.
—Alguien la empujó, vi a alguien moverse por arriba — Apretó los puños. —Pero el culpable no puede ser un intruso cualquiera — Aseveró. —Mis ratones revisaron todo el sitio, no había una sola alma además de nosotros. Ni usted ni yo pudimos haber sido, y los únicos presentes en la mansión eran el mayordomo y los otros dos hermanos — Tomó el pincel y lo deslizó en sus labios.
Ren y el mayordomo regresaron a toda velocidad, siendo que este último puso una cara de horror al ver a la damisela herida y se acercó a toda velocidad para revisar sus signos.
—TAKO-SAMA — Lucía preocupado en extremo. —Llamaré por teléfono a un médico, no podemos moverla por nuestra cuenta sin saber como lidiar con sus heridas. ¿Acaso ha caído desde arriba? Bueno no importa, conseguiré un doctor — Dijo el hombre con una voz muy severa mientras corría a la habitación contigua.
El genin se apartó un poco y se levantó. Creía tener una pista, por lo que se acercaría hasta su compañera.
—Alguien la empujó, vi a alguien moverse por arriba — Apretó los puños. —Pero el culpable no puede ser un intruso cualquiera — Aseveró. —Mis ratones revisaron todo el sitio, no había una sola alma además de nosotros. Ni usted ni yo pudimos haber sido, y los únicos presentes en la mansión eran el mayordomo y los otros dos hermanos — Tomó el pincel y lo deslizó en sus labios.