31/07/2020, 02:09
» Peeeero en lugar de contarte algo ¿por qué no me cuentas algo tú? Lo que sea. Sería lo justo.
Kinumi alzó una ceja. La gracia era que Toshio contase sus peripecias como shinobi, ¿qué le iba a contar ella? Si acababa de salir de la academia. Bueno, podría jugar a contarle peripecias de Uchiha.
— Está bien. — se aclaró la garganta antes de empezar. — No sé si lo sabrás pero es costumbre en el clan Uchiha enseñar la iconica técnica de la bola de fuego como prueba para los estudiantes que van a convertirse en Genin. Mi padre me llevó a los acantilados y bajamos hasta estar casi poder tocar las olas con las manos y ahí practicamos la técnica.
» Tras conseguir una bola de fuego decente, lancé otra, henchida de orgullo, y salió una bola enorme y también saltó un delfín del mar. Con tan mala pata que la bola de fuego le impactó de lleno y se quedó flotando en el mar, sin moverse. Lo cierto es que no me extraña que no se comercie con la carne de delfín, porque sabía muy, pero que muy amargo. Y esa es la historia de cómo calcine a mi primera victima.
Se quedó mirando a Toshio, esperando su reacción. La expresión de Kinumi, de nuevo, era inescrutable para el pelirrojo. No parecía estar mintiendo. Pero no podía ser verdad. Sin embargo, había una frialdad en la mirada de la Uchiha que le decía que era perfectamente capaz de eso, y más.
Kinumi alzó una ceja. La gracia era que Toshio contase sus peripecias como shinobi, ¿qué le iba a contar ella? Si acababa de salir de la academia. Bueno, podría jugar a contarle peripecias de Uchiha.
— Está bien. — se aclaró la garganta antes de empezar. — No sé si lo sabrás pero es costumbre en el clan Uchiha enseñar la iconica técnica de la bola de fuego como prueba para los estudiantes que van a convertirse en Genin. Mi padre me llevó a los acantilados y bajamos hasta estar casi poder tocar las olas con las manos y ahí practicamos la técnica.
» Tras conseguir una bola de fuego decente, lancé otra, henchida de orgullo, y salió una bola enorme y también saltó un delfín del mar. Con tan mala pata que la bola de fuego le impactó de lleno y se quedó flotando en el mar, sin moverse. Lo cierto es que no me extraña que no se comercie con la carne de delfín, porque sabía muy, pero que muy amargo. Y esa es la historia de cómo calcine a mi primera victima.
Se quedó mirando a Toshio, esperando su reacción. La expresión de Kinumi, de nuevo, era inescrutable para el pelirrojo. No parecía estar mintiendo. Pero no podía ser verdad. Sin embargo, había una frialdad en la mirada de la Uchiha que le decía que era perfectamente capaz de eso, y más.