1/08/2020, 15:53
(Última modificación: 9/08/2020, 12:57 por Himura Hana. Editado 2 veces en total.)
Toshio entraría al edificio de la Morikage como si fuese su casa. Sin decir ni buenos días, ni nada así de cortés, con un simple y llano "Hola". Que bien podría decir "Aquí están mis huevos pelirrojos" que poco más o menos sonaría igual de irrespetuoso. Entrar en el eje neuralgico de tu aldea y saludar como un niño de dos años que se esconde tras su madre al ver a un extraño no eran formas.
En el mostrador donde se repartían las misiones podría ver a dos kunoichis discutiendo. Las conocía a ambas, a una más que a otra. La que estaba fuera del mostrador tenía una larga cabellera azabache recogida en una soberana coleta alta que le caía hasta más allá de los hombros. Vestía una camiseta de manga corta ceñida, encima de una camiseta de rejillas que era para protegerse mejor, y unos shorts, con las tipicas sandalias ninja, todo de un color gris oscuro, excepto el coletero, que era azul. Esa era Uchiha Kunumi.
Ésta se giró al oír una voz a su espalda y sonrió, no como si le sonriera a Toshio, sino como si acabase de encontrar la respuesta a todos sus problemas.
— ¡Pues lo haré con Toshio!
Yuna, la persona tras el mostrador, hizo una mueca de incomodidad. Levantó ambas manos intentando sosegar a la genin. Vestía un kimono de colores verde, pastel para el fondo y oscuro para los detalles, que eran ramas y troncos de arboles. Su melena verde estaba acumulada en un moño retenido por una horquilla de papel con forma de estrella ninja.
— Kinumi-chan, creo que Toshio-kun tendrá que decidir por sí mismo si quiere o no.
— Claro que quiere, ¿a que sí, Toshio-kun?