11/08/2020, 18:37
— No me jodas... ¡Buenos días, somos periodistas! ¿¡Les importaría contestar un par de preguntas!?
La sorpresa sería del pelirrojo cuando un hombre joven, de pelo rubio corto, le abriese la puerta. Por algún motivo, Toshio había supuesto que se trataba de una pareja de viejos, a pesar de la enérgica discusión que habían compartido. El agricultor le sacaba una cabeza a Toshio y varios músculos que se podían ver perfectamente porque iba descamisado. Al menos llevaba unos pantalones cortos de color khaki.
— ¿Periodistas? Pero si sois un par de crios.
— ¿Periodistas?
A Kichi, el rubio musculado, se le podía ver el sudor caer lentamente por su musculado torso, seguramente venía de hacer alguna tarea en los campos. Eso provocó que Kinumi apartase la mirada sonrojada, llevandose la mano a la boca para taparsela.
— Y-Yo solo soy la becaria, señor. — sonaba mucho más timida de lo que había sonado nunca con Toshio. — Toshio-kun es una eminencia.
Poco después la puerta se abrió de par en par por la mujer del rubio, una chica de cabello moreno de rostro mucho más afable que el hombre, que parecía vivir con el ceño fruncido. Llevaba el pelo recogido en una larga coleta agarrada al principio y al final por gomas para el pelo.
— ¿Venís por lo de las desapariciones? Pasad, pasad. — prácticamente apartó al hombre a culetazos y les permitió a los ninjas una buena visión del salón, que básicamente, era toda la casa. A un lado estaba la cocina y al otro había una cama que parecía individual, pero que al no ver más, parecía que ahí dormían ambos.
La mujer, al igual que el hombre, apenas llevaba ropa. Llevaba un sujetador de tela y unos pantalones cortos del mismo color que su compañero, hermano o marido. Les señaló una pequeña mesa sobre la que había un par de cuencos de arroz... y ya. Tenían tres cojines para sentarse que estaban muy usados.
— Sentaos, y no os preocupéis por mi, suelo sentarme sin cojín igualmente.
Kinumi no se movería hasta que su gran líder lo hiciese, porque tenía la mirada perdida... en los pequeños espacios entre cada músculo del abdomen de Kichi.
La sorpresa sería del pelirrojo cuando un hombre joven, de pelo rubio corto, le abriese la puerta. Por algún motivo, Toshio había supuesto que se trataba de una pareja de viejos, a pesar de la enérgica discusión que habían compartido. El agricultor le sacaba una cabeza a Toshio y varios músculos que se podían ver perfectamente porque iba descamisado. Al menos llevaba unos pantalones cortos de color khaki.
— ¿Periodistas? Pero si sois un par de crios.
— ¿Periodistas?
A Kichi, el rubio musculado, se le podía ver el sudor caer lentamente por su musculado torso, seguramente venía de hacer alguna tarea en los campos. Eso provocó que Kinumi apartase la mirada sonrojada, llevandose la mano a la boca para taparsela.
— Y-Yo solo soy la becaria, señor. — sonaba mucho más timida de lo que había sonado nunca con Toshio. — Toshio-kun es una eminencia.
Poco después la puerta se abrió de par en par por la mujer del rubio, una chica de cabello moreno de rostro mucho más afable que el hombre, que parecía vivir con el ceño fruncido. Llevaba el pelo recogido en una larga coleta agarrada al principio y al final por gomas para el pelo.
— ¿Venís por lo de las desapariciones? Pasad, pasad. — prácticamente apartó al hombre a culetazos y les permitió a los ninjas una buena visión del salón, que básicamente, era toda la casa. A un lado estaba la cocina y al otro había una cama que parecía individual, pero que al no ver más, parecía que ahí dormían ambos.
La mujer, al igual que el hombre, apenas llevaba ropa. Llevaba un sujetador de tela y unos pantalones cortos del mismo color que su compañero, hermano o marido. Les señaló una pequeña mesa sobre la que había un par de cuencos de arroz... y ya. Tenían tres cojines para sentarse que estaban muy usados.
— Sentaos, y no os preocupéis por mi, suelo sentarme sin cojín igualmente.
Kinumi no se movería hasta que su gran líder lo hiciese, porque tenía la mirada perdida... en los pequeños espacios entre cada músculo del abdomen de Kichi.