9/01/2016, 18:41
— Cuanta intensidad... Bien jugado, Eri-san, por un momento pensé que tendría que utilizar el fuete del caballo para abrirnos paso
-No importa, si no se hubiese apartado hubiera roto el vestido en frente de sus ojos, así se hubieran apartado sin rechistar. - Comentó mientras se sentaba de forma más cómoda en su asiento. Luego ahogó una risa al rememorar como al Ishimura casi le arrancan uno de sus mofletes, incluso la joven huérfana se llevó una mano a la mejilla porque sentía que le dolía.
De nuevo, con el viaje retomado, comenzaron a disfrutar de nuevo del paseo que poco a poco su corta vida llegaba a su fin, el sol se distinguía ya por entre las nubes que comenzaban a ser blancas de nuevo, distorsionándose a medida que el viento las arrastraba hacia otro lugar dispuestas a llorar un rato más. ''Algún día dejarán de estar tristes'' Se dijo mentalmente la joven kunoichi mientras observaba una nubecita con forma de galleta. Entonces pasó algo inesperado, y cuando el de piel oscura llamó la atención de la huérfana para que ésta mirase al árbol, su sonrisa acompañó de la mano la de su cochero.
Había un nido, y justo encima de él una cometa de colores chillones con el hilo colgando, como si fuese un paraguas, algo que a Eri le pareció la mejor casa para los pájaros, bueno, segunda mejor casa, ya que la primera era la que hizo hace unos años atrás con su abuelo para los pájaros que anidaban en su tejado. Sí, esa sin duda era la mejor casa para pájaros con su techo rojo y sus paredes de madera. Pero bueno, no nos desviemos del tema. Eri observó como bien le indicó Kazuma al nido, y lo que encontró la sorprendió aún más: era el pájaro de plumaje oscuro, y, ¡tenía crías!
- Me alegro de que se llevase la cometa, así esas crías no hubieran pasado un mal trago... - Susurró llevándose una mano ahora al pecho, con alivio, y saludó con la otra mano al pájaro, esperando que no se lanzase a ella y la comenzase a picar la cabeza con su pico. - Es genial, si hubiese ido andando... Estos pequeños detalles me los hubiese perdido- Comentó, revolviéndose en su asiento. - Muchas gracias por el paseo que me estás brindando, Kazuma-san, estoy de verdad muy agradecida.
-No importa, si no se hubiese apartado hubiera roto el vestido en frente de sus ojos, así se hubieran apartado sin rechistar. - Comentó mientras se sentaba de forma más cómoda en su asiento. Luego ahogó una risa al rememorar como al Ishimura casi le arrancan uno de sus mofletes, incluso la joven huérfana se llevó una mano a la mejilla porque sentía que le dolía.
De nuevo, con el viaje retomado, comenzaron a disfrutar de nuevo del paseo que poco a poco su corta vida llegaba a su fin, el sol se distinguía ya por entre las nubes que comenzaban a ser blancas de nuevo, distorsionándose a medida que el viento las arrastraba hacia otro lugar dispuestas a llorar un rato más. ''Algún día dejarán de estar tristes'' Se dijo mentalmente la joven kunoichi mientras observaba una nubecita con forma de galleta. Entonces pasó algo inesperado, y cuando el de piel oscura llamó la atención de la huérfana para que ésta mirase al árbol, su sonrisa acompañó de la mano la de su cochero.
Había un nido, y justo encima de él una cometa de colores chillones con el hilo colgando, como si fuese un paraguas, algo que a Eri le pareció la mejor casa para los pájaros, bueno, segunda mejor casa, ya que la primera era la que hizo hace unos años atrás con su abuelo para los pájaros que anidaban en su tejado. Sí, esa sin duda era la mejor casa para pájaros con su techo rojo y sus paredes de madera. Pero bueno, no nos desviemos del tema. Eri observó como bien le indicó Kazuma al nido, y lo que encontró la sorprendió aún más: era el pájaro de plumaje oscuro, y, ¡tenía crías!
- Me alegro de que se llevase la cometa, así esas crías no hubieran pasado un mal trago... - Susurró llevándose una mano ahora al pecho, con alivio, y saludó con la otra mano al pájaro, esperando que no se lanzase a ella y la comenzase a picar la cabeza con su pico. - Es genial, si hubiese ido andando... Estos pequeños detalles me los hubiese perdido- Comentó, revolviéndose en su asiento. - Muchas gracias por el paseo que me estás brindando, Kazuma-san, estoy de verdad muy agradecida.