9/01/2016, 20:24
- Me alegro de que se llevase la cometa, así esas crías no hubieran pasado un mal trago. Es genial, si hubiese ido andando... Estos pequeños detalles me los hubiese perdido. Muchas gracias por el paseo que me estás brindando, Kazuma-san, estoy de verdad muy agradecida.
—Al contrario, gracias a ti —aseguro mientras lentamente se dirigían hacia el lugar de donde habían partido—. Hacía mucho tiempo que no tenía un paseo tan agradable y con tan cálida compañía.
En aquel momento llegaron al final del viaje. En aquel lugar los recibió un jovenzuelo encargado de los caballos.
—Con esto hemos concluido el viaje señorita —Aseguró él, mientras que con una reverencia tendía una mano a los ojos verdes para que esta pudiera bajar del carruaje.
En aquel momento se llevaron el vehículo hasta el lugar de guardado que le correspondía. De alguna manera el tiempo se hizo corto, aunque le constaba que el paseo tuvo el tiempo que le correspondía.
—Eri-san —le dijo de repente—. Son pocas las ocasiones en que se puede tener una jornada tan amena. Eres bienvenida a tomar un paseo cuando gustes…
Dudo un poco, pero al final lo dijo, con un rubor notable, pero lo dijo.
—Sé que nuestra primera impresión no fue buena, y por eso esperaba que fuera un viaje incómodo. Pero creo que es una de esas ocasiones en las que solo necesitas un poco de tiempo de calidad para poder apreciar lo simpática y cálida que puedes llegar a ser. Por supuesto también he visto que tienes carácter, pero creo que eso te hace más auténtica e interesante.
—Espero verte pronto, y que sean circunstancias tan agradable como estas —dijo mientras le tendía aquella mano envueltas en cintas de seda.
—Al contrario, gracias a ti —aseguro mientras lentamente se dirigían hacia el lugar de donde habían partido—. Hacía mucho tiempo que no tenía un paseo tan agradable y con tan cálida compañía.
En aquel momento llegaron al final del viaje. En aquel lugar los recibió un jovenzuelo encargado de los caballos.
—Con esto hemos concluido el viaje señorita —Aseguró él, mientras que con una reverencia tendía una mano a los ojos verdes para que esta pudiera bajar del carruaje.
En aquel momento se llevaron el vehículo hasta el lugar de guardado que le correspondía. De alguna manera el tiempo se hizo corto, aunque le constaba que el paseo tuvo el tiempo que le correspondía.
—Eri-san —le dijo de repente—. Son pocas las ocasiones en que se puede tener una jornada tan amena. Eres bienvenida a tomar un paseo cuando gustes…
Dudo un poco, pero al final lo dijo, con un rubor notable, pero lo dijo.
—Sé que nuestra primera impresión no fue buena, y por eso esperaba que fuera un viaje incómodo. Pero creo que es una de esas ocasiones en las que solo necesitas un poco de tiempo de calidad para poder apreciar lo simpática y cálida que puedes llegar a ser. Por supuesto también he visto que tienes carácter, pero creo que eso te hace más auténtica e interesante.
—Espero verte pronto, y que sean circunstancias tan agradable como estas —dijo mientras le tendía aquella mano envueltas en cintas de seda.