1/09/2020, 12:58
—¿Y todo iba bien? ¿Pasaba algo? —
Oh, claro que pasaba algo. Lo que vino después fue lo último que alguien que va a limpiar trenes podría haberse esperado.
— La verdad es que si. Detrás de aquella maldita puerta estaba aquel sádico. Se había cargado a uno de los trabajadores y estaba jugando con uno de sus dedos. Creo que fue el tipo que me había acompañado hasta el hangar. Mire, no sé qué esperaba que hiciese, pero dentro de mí despertó algo que me empujó a tratar de detenerlo. Hice un kage bunshin para que viniese hasta Kusagakure y alertase a als autoridades, pero yo traté de reducir al General
Suspiré. Al principio creí que le tenía, lo creía de verdad.
— Lo logré, pero solo temporalmente. Desafortunadamente, mi Nenkin no Yodare no es infinito y con el paso del tiempo pudo librarse de la atadura, debilitó a Kumopansa que luchó con una gran valentía. Las cosas se torcieron hasta que sacó al bijū o algo así. Le cubría una capa de chakra violenta. Llegó a tocarme y aquella cosa quemaba. Me asusté y entonces dos huesos salieron de su mano y se clavaron en mi dedo. Vi la muerte en mis jodidas narices, Morikage-sama. Y-Yo... lo siento, tuve que tomar una decisión drástica y tiré hasta que mi dedo se desprendió para poder huir y salir vivo
Tuve que contener la respiración. Era débil y se demostró aquel día. Tenía mucho que mejorar. De nuevo, mi mirada seguía clavado en lo bajo, incapaz de alzarla.
— Luego me encontré de nuevo con Shiten que terminó de ahuyentar a ese cabrón al mismo tiempo que me defendía. Tras la pelea los médicos me atendieron. No sé cuál era su plan inicial, Kintsugi-sama, pero estaba buscando algo allí. Le ahuyentamos ese día, pero es posible que vuelvan para completar aquella misión. Trataron de aprovecharse de que todos estaban en el Valle de los Dojos...
Oh, claro que pasaba algo. Lo que vino después fue lo último que alguien que va a limpiar trenes podría haberse esperado.
— La verdad es que si. Detrás de aquella maldita puerta estaba aquel sádico. Se había cargado a uno de los trabajadores y estaba jugando con uno de sus dedos. Creo que fue el tipo que me había acompañado hasta el hangar. Mire, no sé qué esperaba que hiciese, pero dentro de mí despertó algo que me empujó a tratar de detenerlo. Hice un kage bunshin para que viniese hasta Kusagakure y alertase a als autoridades, pero yo traté de reducir al General
Suspiré. Al principio creí que le tenía, lo creía de verdad.
— Lo logré, pero solo temporalmente. Desafortunadamente, mi Nenkin no Yodare no es infinito y con el paso del tiempo pudo librarse de la atadura, debilitó a Kumopansa que luchó con una gran valentía. Las cosas se torcieron hasta que sacó al bijū o algo así. Le cubría una capa de chakra violenta. Llegó a tocarme y aquella cosa quemaba. Me asusté y entonces dos huesos salieron de su mano y se clavaron en mi dedo. Vi la muerte en mis jodidas narices, Morikage-sama. Y-Yo... lo siento, tuve que tomar una decisión drástica y tiré hasta que mi dedo se desprendió para poder huir y salir vivo
Tuve que contener la respiración. Era débil y se demostró aquel día. Tenía mucho que mejorar. De nuevo, mi mirada seguía clavado en lo bajo, incapaz de alzarla.
— Luego me encontré de nuevo con Shiten que terminó de ahuyentar a ese cabrón al mismo tiempo que me defendía. Tras la pelea los médicos me atendieron. No sé cuál era su plan inicial, Kintsugi-sama, pero estaba buscando algo allí. Le ahuyentamos ese día, pero es posible que vuelvan para completar aquella misión. Trataron de aprovecharse de que todos estaban en el Valle de los Dojos...
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa