21/09/2020, 00:25
— Deberíamos que acercarnos un poco para saber lo que están comiendo, por si... bueno.
Kinumi asintió sin añadir nada más y siguió a Toshio hasta quedar prácticamente sobre los animales, porque era casi imposible reconocer su presa desde ningún otro angulo. Y desde ese... apenas se veían huesos y carne en una masa desecha a dentelladas. Si en algún momento eso había tenido cabeza o extremidades, o se las habían comido o las habían perdido por el camino.
Sin duda, ahora los animales los habían oído, porque hicieron una breve pausa con las orejas hacia arriba, en señal de que les habían oído, pero siguieron comiendo, como si fuese más importante ese tentenpie.
Los árboles eran bastante bajos y los lobos bastante grandes. Lo que Toshio observaría, más que la naturaleza de la presa, era que si los lobos decidían atacar, de un salto igual alcanzaban una pierna aunque estuviesen sobre las ramas de los árboles.
Kinumi asintió sin añadir nada más y siguió a Toshio hasta quedar prácticamente sobre los animales, porque era casi imposible reconocer su presa desde ningún otro angulo. Y desde ese... apenas se veían huesos y carne en una masa desecha a dentelladas. Si en algún momento eso había tenido cabeza o extremidades, o se las habían comido o las habían perdido por el camino.
Sin duda, ahora los animales los habían oído, porque hicieron una breve pausa con las orejas hacia arriba, en señal de que les habían oído, pero siguieron comiendo, como si fuese más importante ese tentenpie.
Los árboles eran bastante bajos y los lobos bastante grandes. Lo que Toshio observaría, más que la naturaleza de la presa, era que si los lobos decidían atacar, de un salto igual alcanzaban una pierna aunque estuviesen sobre las ramas de los árboles.