23/09/2020, 17:05
Pero los gritos no fueron escuchados. «¿Habrá sido mi imaginación? No, los miembros de la familia también la escucharon gritar como yo.» Se adentró a la habitación para observar si había algo fuera de lo común, pero en efecto no encontró nada en absoluto. «¿Me habré equivocado de lugar entonces?» No escuchó nada más luego de eso, lo cuál le dió mala espina pensando que podía estar en problemas. Irónicamente, el grito inicial no había sido de auxilio, y los verdaderos ahora no llegaban a sus oídos.
Frunció el ceño y se dispuso a salir de la habitación a toda velocidad para ir a rebuscar en el resto de la mansión.
La puerta del pasadizo entre tanto se había endurecido enormemente, que pese a ser de aparente papel, resistía como si fuera del más duro de los aceros forjados. No importaba cuanto gritara ella, pues afuera su voz no sería escuchada. No sería hasta que el muchacho ya se hubiese alejado de ahí, que la puerta se volvería a abrir sola, mostrando nuevamente la salida a la habitación del difunto.
Frunció el ceño y se dispuso a salir de la habitación a toda velocidad para ir a rebuscar en el resto de la mansión.
La puerta del pasadizo entre tanto se había endurecido enormemente, que pese a ser de aparente papel, resistía como si fuera del más duro de los aceros forjados. No importaba cuanto gritara ella, pues afuera su voz no sería escuchada. No sería hasta que el muchacho ya se hubiese alejado de ahí, que la puerta se volvería a abrir sola, mostrando nuevamente la salida a la habitación del difunto.