27/09/2020, 20:43
El jonin no tardó en aceptar la propuesta, accediendo a realizar una misión de rango C. Seguramente eso era ridículo par él, pero en el caso de Aiko, la verdad es que era un mundo. El Uchiha, sin pelos en la lengua, preguntó que tenía por ahí para ellos con ese requisito. Kiyomi revisó entre los pergaminos de la mesa, en un montón que bien organizados tenían un color similar entre ellos. Leyó por encima las referencias, y apenas leídos unos cuantos se decidió por uno, y lo antepuso para que ambos pudiesen echarle un ojo.
—Aquí tengo una bastante interesante, se trata de una banda de grafiteros y delincuentes juveniles, la misión es básicamente evitar que dañen la estética de la villa, y si es posible disolver la organización. Pero ésto último no es un requisito, tan solo una sugerencia del cliente.
Aiko miró a Datsue, algo incómoda. Si liaba la gorda intentando atrapar a un gato, o limpiando los baños de la academia, o simplemente organizando los libros de la biblioteca... ¿qué podían esperar de ella con ésta misión?
EL RAGNAROK ESTABA CERCA.
Rió, y terminó por llevarse la mano tras la nuca —Jajajaja... bueno, al menos ésta vez no saldrá quemado ningún pobre gatito.
La chunin entrecerró los ojos, y casi pareció decirlo todo con la mirada. En un acto casi reflejo, retrayó parcialmente la mano que ofrecía el pergamino, con una clara imagen de varios niños ardiendo en una improvisada hoguera. Carraspeó un poco, y miró nuevamente los otros pergaminos que tenía en la mesa.
—O... bien podemos buscar otra cosa.
—Aquí tengo una bastante interesante, se trata de una banda de grafiteros y delincuentes juveniles, la misión es básicamente evitar que dañen la estética de la villa, y si es posible disolver la organización. Pero ésto último no es un requisito, tan solo una sugerencia del cliente.
Aiko miró a Datsue, algo incómoda. Si liaba la gorda intentando atrapar a un gato, o limpiando los baños de la academia, o simplemente organizando los libros de la biblioteca... ¿qué podían esperar de ella con ésta misión?
EL RAGNAROK ESTABA CERCA.
Rió, y terminó por llevarse la mano tras la nuca —Jajajaja... bueno, al menos ésta vez no saldrá quemado ningún pobre gatito.
La chunin entrecerró los ojos, y casi pareció decirlo todo con la mirada. En un acto casi reflejo, retrayó parcialmente la mano que ofrecía el pergamino, con una clara imagen de varios niños ardiendo en una improvisada hoguera. Carraspeó un poco, y miró nuevamente los otros pergaminos que tenía en la mesa.
—O... bien podemos buscar otra cosa.