Ojos de madera

[Inuzuka Nabi]

—¡Coño, pues haber avisado!

—¡¿Tambien tengo que avisarte de que el fuego quema?!

Recalcando la obviedad de que sentarse al borde de un acantilado no es seguro. Nabi habia perdido toda su seriedad por la caida y parecia que iba a necesitar más tiempo para recuperarla. Estaba demasiado asqueado para recomponer su frialdad habitual tan rapido.

—¡Eh, chicos! ¿Estáis bien?

Levantó la mirada con esperanza, habia alguien que podia ayudarles a subir, alabada sea Shiona-sama. Con sus ojos teñidos del tono rojo tan caracteristico de los Uchiha pudo vislumbrar en lo más alto como un perro se asomaba por el acantilado. Hubiera creido que era la mascota de la persona que les habia visto caer, sino fuera por la repuesta de Sasuke, JODER DARUU, DARUU.

—¡Maldito chucho! ¡Te dije la última vez que dejaras de vigilarme!

—¿¡TIENES UN PERRO QUE HABLA!?

Como era de esperar, por la mala educación del maderero, el animal se lo tomo mal y tras mofarse un poco de ellos dio un golpe al suelo. No sabia si habia sido todo calculado a la perfección por la mente privilegiada de aquel can, pero la pared se resquebrajó ante las narices de Daruu, ¿has visto? he puesto Daruu , hasta llegar a la solitaria planta de la que estaba sujeto. En conclusión, el moreno se quedó con la planta en la mano y Nabi cogido de su tronco, ambos cayendo.

Lo único que pudo hacer el Uchiha fue cubrirse la cabeza tan rapido como fuera posible y con toda la efectividad que fuera capaz de reunir. Si se iba a llevar una hostia, mejor que no le dejara tonto. Paraplejico aún, pero más tonto no.