7/10/2020, 00:08
(Última modificación: 7/10/2020, 00:09 por Watasashi Aiko.)
La kunoichi dejó un tiempo prudencial para que Datsue preuntase algo, si es que aún tenía dudas. Éste no se demoró demasiado, preguntando por la vivienda o al menos uno de los nombres de esos supuestos líderes de sendas bandas. Antes de que el hombre llegase a contestar, hizo un inciso para preguntar también la edad de esos pequeños delincuentes. Aiko llevó de nuevo la mirada hacia el bibliotecario, curiosa también por el resultado de esas preguntas.
Miyamoto lanzó un suspiro, que casi se podría confundir con un carraspeo, o algún tipo de sonido similar. De nuevo se llevó la zurda a la barbilla, y desvió la mirada hacia el suelo, intentando hacer memoria. —Puede... puede que la chica se llame Sakura, o Kurasa, o... ¿Arasaku? —volvió su mirada hacia el jonin, y terminó por encojerse de hombros. —Sinceramente, no estoy seguro. Éstos chicos no suelen usar sus nombres, se suelen llamar los unos a los otros "lotos" o "tigres", dependiendo de la banda. Con respecto a una dirección... si supiese al menos una, ya habría ido yo en persona a propinarle una buena reprimenda ante sus padres... pero no, no sé dónde viven. Lo que si puedo deciros es que la parte trasera de la biblioteca, el loto central del parque, y la panadería de Koto-delicias son los lugares donde más suelen pintorrear. A veces, se tapan unas pintadas a otras, lo cuál suele ser motivo de más rivalidad entre ambas.
»La edad de esos mocosos... yo diría que entre ocho y trece años. Quizás alguno se salga de esas edades, pero la mayoría rondan eso.
Aiko, realizó una pequeña reverencia. —Muchas gracias señor Miyamoto por la información, por mi parte creo que es suficiente con ello. —Miró al Uchiha, pendiente de si él pudiese necesitar algo más. La chica ya tenía un plan, aunque podría ser quizás de lo más descabellado.
Miyamoto lanzó un suspiro, que casi se podría confundir con un carraspeo, o algún tipo de sonido similar. De nuevo se llevó la zurda a la barbilla, y desvió la mirada hacia el suelo, intentando hacer memoria. —Puede... puede que la chica se llame Sakura, o Kurasa, o... ¿Arasaku? —volvió su mirada hacia el jonin, y terminó por encojerse de hombros. —Sinceramente, no estoy seguro. Éstos chicos no suelen usar sus nombres, se suelen llamar los unos a los otros "lotos" o "tigres", dependiendo de la banda. Con respecto a una dirección... si supiese al menos una, ya habría ido yo en persona a propinarle una buena reprimenda ante sus padres... pero no, no sé dónde viven. Lo que si puedo deciros es que la parte trasera de la biblioteca, el loto central del parque, y la panadería de Koto-delicias son los lugares donde más suelen pintorrear. A veces, se tapan unas pintadas a otras, lo cuál suele ser motivo de más rivalidad entre ambas.
»La edad de esos mocosos... yo diría que entre ocho y trece años. Quizás alguno se salga de esas edades, pero la mayoría rondan eso.
Aiko, realizó una pequeña reverencia. —Muchas gracias señor Miyamoto por la información, por mi parte creo que es suficiente con ello. —Miró al Uchiha, pendiente de si él pudiese necesitar algo más. La chica ya tenía un plan, aunque podría ser quizás de lo más descabellado.