7/10/2020, 13:31
Lo que Datsue se encontró en el interior del gimnasio fue lo que tanto llegó a apreciar en el último año. Barras de acero; discos de 50 kilos; gente rompiendo la paralela en una sentadilla profunda. Un placer visual casi incomparable. Con lo vago que era él en sus inicios como ninja, jamás hubiese pensado que terminaría por cogerle el gustillo.
Bien era cierto, sin embargo, que había perdido cierto tono muscular en los últimos meses. Tras su victoria contra Hanabi se había descuidado un poco. Siempre le ocurría cuando perdía un objetivo. Primero Aiko, y luego el soñado enfrentamiento contra el Uzukage, habían supuesto gasolina y esa chispa necesaria para que se levantase todos los días a las ocho de la mañana a partirse la espalda. Pero, ahora, ¿qué le quedaba?
Quedaba Akame. Por supuesto. Pero Akame era una rata escurridiza que no se dejaría ver hasta dentro de mucho tiempo, si es que alguna vez lo volvía a ver siquiera.
Perdido en sus pensamientos, volvió a la realidad cuando una joven de pelo rosa se presentó.
—Uchiha Datsue, Hijo del Desierto y también conocido como el Intrépido —se presentó, educado. Por más que no le hiciese ni maldita gracia aquella misión, no había que perder las formas. Además, la muchacha no tenía ninguna culpa.
Reij, por su parte, fue directo a la yugular. No tardó ni dos segundos en realizar su particular petición. Datsue observó atento a Natsu, esperando su respuesta.
Bien era cierto, sin embargo, que había perdido cierto tono muscular en los últimos meses. Tras su victoria contra Hanabi se había descuidado un poco. Siempre le ocurría cuando perdía un objetivo. Primero Aiko, y luego el soñado enfrentamiento contra el Uzukage, habían supuesto gasolina y esa chispa necesaria para que se levantase todos los días a las ocho de la mañana a partirse la espalda. Pero, ahora, ¿qué le quedaba?
Quedaba Akame. Por supuesto. Pero Akame era una rata escurridiza que no se dejaría ver hasta dentro de mucho tiempo, si es que alguna vez lo volvía a ver siquiera.
Perdido en sus pensamientos, volvió a la realidad cuando una joven de pelo rosa se presentó.
—Uchiha Datsue, Hijo del Desierto y también conocido como el Intrépido —se presentó, educado. Por más que no le hiciese ni maldita gracia aquella misión, no había que perder las formas. Además, la muchacha no tenía ninguna culpa.
Reij, por su parte, fue directo a la yugular. No tardó ni dos segundos en realizar su particular petición. Datsue observó atento a Natsu, esperando su respuesta.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado