7/10/2020, 15:11
La chica, que bien confiada había soltado su plan, de pronto se vio abochornada por una dantesca carcajada por parte del Uchiha. No pudo evitar sonrojar, tampoco pensaba que fuese un disparate de tal magnitud. Quiso rebatir la reacción de su compañero, pero no pudo, ni las palabras le salían del corte que éste le había pegado. Datsue se lo tomó tal y como lo había propuesto la chica, cuestionando si ahora iban a ser ellos los pandilleros.
—P-pe-peroo... —murmulló casi.
Sin embargo, no tachó de malo por completo el plan. Dijo que no recordaba la última vez que hizo algo así, pero que aún así era una idea ingeniosa. Eso sí, poco ortodoxa, y apartada por completo de lo que normalmente dictaría el manual. Pero concluyó con que podría funcionar. Algo es algo.
No tardó en darle la misión de obtener unos cuantos botes de pintura, en lo que él iba a recabar información en la panadería. Los dueños de ésta podían tener algo de información extra, era una posibilidad que no dejó escapar el jonin. Por otro lado, debían separarse en pos de acelerar el proceso.
En treinta minutos, se verían de nuevo en el parque. Ese era el plan.
—¡S-si! —afirmó, casi decidida.
La chica saldría entonces escopeteada, cual Kusajin sale corriendo a golpear algo aleatorio sin venir a cuento. Correría dirección a una tienda de pinturas que conocía, debía hacerse con unos cuantos botes de pintura de esos.
—P-pe-peroo... —murmulló casi.
Sin embargo, no tachó de malo por completo el plan. Dijo que no recordaba la última vez que hizo algo así, pero que aún así era una idea ingeniosa. Eso sí, poco ortodoxa, y apartada por completo de lo que normalmente dictaría el manual. Pero concluyó con que podría funcionar. Algo es algo.
No tardó en darle la misión de obtener unos cuantos botes de pintura, en lo que él iba a recabar información en la panadería. Los dueños de ésta podían tener algo de información extra, era una posibilidad que no dejó escapar el jonin. Por otro lado, debían separarse en pos de acelerar el proceso.
En treinta minutos, se verían de nuevo en el parque. Ese era el plan.
—¡S-si! —afirmó, casi decidida.
La chica saldría entonces escopeteada, cual Kusajin sale corriendo a golpear algo aleatorio sin venir a cuento. Correría dirección a una tienda de pinturas que conocía, debía hacerse con unos cuantos botes de pintura de esos.