7/10/2020, 19:01
El grito llamó la atención del joven de inmediato. Pensó que tal vez su compañera le estaba jugando una muy mala broma, pero ciertamente el sonido había provenido a sus espaldas de dónde acababa de salir. «Algo está pasando aquí, hasta que empezó a imaginar algo.» Suspiró y trató de acercarse a la habitación lentamente.
—¡Himura-san no salga de ahí!— Diría a todo volumen para que pudiese escucharla. —¡Creo que el sello no deja que más de una persona se acerque! — Explicaría para tratar de captar su atención. —¡No salga de ahí! — Pero cuando se estaba acercando nuevamente por el corredor hasta la entrada del cuarto, una vez más el pasadizo se cerró a toda velocidad delante de la cara de la muchacha dejándola sin poder escuchar el resto de la conversación. Nao ni siquiera pudo asomarse a ver el misterio que ahí yacía. —¡Parece que sólo quién tiene el pergamino puede entrar!— Dijo, aunque ya era demasiado tarde, ella no podría escuchar aquel dato.
—¡Himura-san no salga de ahí!— Diría a todo volumen para que pudiese escucharla. —¡Creo que el sello no deja que más de una persona se acerque! — Explicaría para tratar de captar su atención. —¡No salga de ahí! — Pero cuando se estaba acercando nuevamente por el corredor hasta la entrada del cuarto, una vez más el pasadizo se cerró a toda velocidad delante de la cara de la muchacha dejándola sin poder escuchar el resto de la conversación. Nao ni siquiera pudo asomarse a ver el misterio que ahí yacía. —¡Parece que sólo quién tiene el pergamino puede entrar!— Dijo, aunque ya era demasiado tarde, ella no podría escuchar aquel dato.