12/01/2016, 03:11
Después de su viaje a Shinogi-to, a Datsue lo único que le apetecía era regresar a su hogar. Estaba cansado de dormir a ras de suelo; cansado de comer cualquier mierda en la taberna de turno; cansado de las ampollas que tenía de caminar mañana, tarde y noche; pero, sobre todo, cansado de aguantar la incesante lluvia, día sí y día también. Para ser más específico, estaba hasta los huevos. Hasta los mismísimos huevos.
¿Pero qué hombre de la literatura, que fantaseaba con épicas aventuras y enigmas milenarios, sería si no se desviase ligeramente de su rumbo para visitar el Bosque de Azur? Un fraude, eso es lo que sería.
Así que allí estaba, en pleno bosque, cruzando el cuarto puente del día mientras escribía una señal en el simple esbozo que le habían hecho del lugar. Un señor muy amable, aquel hombre, pese a que al principio quisiese cobrarle por semejante tontería. Al final lo resolvieron con una partida al shōgi, en la que Datsue, pese a que no lo admitiese, le había ganado en un golpe de suerte. La suerte no existe en los juegos de lógica.
Según su mapa, el próximo puente marcaría el límite entre lo seguro y lo enigmático. Datsue tenía intención de adentrarse un poco, unas cuantas zancadas a lo sumo, para intentar vislumbrar, aunque sólo fuese de refilón, el misterio del Bosque de Azur.
Pero entonces vio algo. Al final del puente, un chico parecía estar consultando un papel, con mirada atenta. Tenía un pelo largo y azulado, al igual que sus ojos, y de una piel que, también, parecía tener una tonalidad similar al mar.
Extraño chico... Y es de Ame, por lo que veo.
Dígase una cosa de Uchiha Datsue, no le gusta hablar con desconocidos. No era de esos que saludan al primero que ven o entablan conversación con alguien de buenas a primeras. Había conocido a muchos así, y siempre terminaba por mostrarse arisco y antipático para que le dejasen en paz. En la mayoría de casos, le parecían un fastidio de gente.
Sin embargo, en un sitio como aquel, al que nadie iba si no quería adentrarse en el bosque, convertía a aquella persona en alguien digna de recibir su atención. Quizá tuviese información valiosa del lugar.
—¡Buenos días! —exclamó, sonriente. Siempre se mostraba amable con la gente a la que quería sonsacar algo—. ¿De vuelta del bosque? —preguntó. Según su mapa, aquel chico estaba saliendo de él, y no adentrándose—. ¿Algo interesante que ver?
¿Pero qué hombre de la literatura, que fantaseaba con épicas aventuras y enigmas milenarios, sería si no se desviase ligeramente de su rumbo para visitar el Bosque de Azur? Un fraude, eso es lo que sería.
Así que allí estaba, en pleno bosque, cruzando el cuarto puente del día mientras escribía una señal en el simple esbozo que le habían hecho del lugar. Un señor muy amable, aquel hombre, pese a que al principio quisiese cobrarle por semejante tontería. Al final lo resolvieron con una partida al shōgi, en la que Datsue, pese a que no lo admitiese, le había ganado en un golpe de suerte. La suerte no existe en los juegos de lógica.
Según su mapa, el próximo puente marcaría el límite entre lo seguro y lo enigmático. Datsue tenía intención de adentrarse un poco, unas cuantas zancadas a lo sumo, para intentar vislumbrar, aunque sólo fuese de refilón, el misterio del Bosque de Azur.
Pero entonces vio algo. Al final del puente, un chico parecía estar consultando un papel, con mirada atenta. Tenía un pelo largo y azulado, al igual que sus ojos, y de una piel que, también, parecía tener una tonalidad similar al mar.
Extraño chico... Y es de Ame, por lo que veo.
Dígase una cosa de Uchiha Datsue, no le gusta hablar con desconocidos. No era de esos que saludan al primero que ven o entablan conversación con alguien de buenas a primeras. Había conocido a muchos así, y siempre terminaba por mostrarse arisco y antipático para que le dejasen en paz. En la mayoría de casos, le parecían un fastidio de gente.
Sin embargo, en un sitio como aquel, al que nadie iba si no quería adentrarse en el bosque, convertía a aquella persona en alguien digna de recibir su atención. Quizá tuviese información valiosa del lugar.
—¡Buenos días! —exclamó, sonriente. Siempre se mostraba amable con la gente a la que quería sonsacar algo—. ¿De vuelta del bosque? —preguntó. Según su mapa, aquel chico estaba saliendo de él, y no adentrándose—. ¿Algo interesante que ver?
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado