2/11/2020, 13:43
Hada sintió una profunda decepción cuando los shinobi de Uzushiogakure y de Amegakure rechazaron su exquisito zumo de calabaza y torció los labios de forma visible. Ambos afirmaban no encontrarse con ganas de llevarse nada al estómago, pero conocía el aspecto reservado de los shinobi. Aunque aquello le parecía excesivo. ¡Por Inari Ōkami, si les había contratado personalmente! ¿Cómo iba a envenenarlos? Sólo Yota se había animado a probarlo, pero antes de que llegara a llevarse siquiera el vaso a los labios, se quedó pensativo un instante y el vidrio estalló en su mano...
—¡Ay, Sasagani! ¿Estás bien, chico? —exclamó Hada, levántandose de golpe en su asiento y acercándose a toda prisa al muchacho para comprobar su estado. Afortunadamente, los cristales no habían llegado a clavarse en su piel y la anédota sólo se quedó en un pequeño susto. La mujer suspiró, visiblemente aliviada, y entonces se volvió hacia la puerta—. ¡Aru! ¡ARU!
—¿Señora? —El mismo mayordomo de antes no tardó ni un segundo en hacer acto de aparición.
—Por favor, Aru, limpia todo este estropicio. Hemos tenido un pequeño accidente por aquí.
—Por supuesto, señora. —Asintió el hombre, antes de volver a desaparecer.
No tardó en regresar con un cubo lleno de agua y una fregona. Y mientras los shinobi discutían sus siguientes pasos, el mayordomo se dedicó diligentemente a cumplir con su orden.
—Puedo ocuparme de investigar la muerte de Mata Negoba si es usted capaz de decirme dónde está su casa —dijo Amedama.
—Por supuesto —asintió Hada—. Podrás encontrar la casa de Negoba en lo alto de la colina que hay al este. El pueblo es bastante pequeño y no queda lejos de aquí, así que no tiene pérdida.
—Tal vez debería usted decretar el toque de queda la próxima noche de luna llena —sugirió el de Amegakure, pero la mirada de Hada se ensombreció notablemente.
—Chico... De verdad que me encantaría hacerlo. ¡Si otras fuesen las circunstancias lo haría sin pensarlo! —exclamó, visiblemente afligida—. Pero mañana es la Fiesta de la Cosecha, ¡el acontecimiento más importante de Yachi! No quiero ni imaginar lo que pasaría si llegara a anularse...
—¿Qué hay de los cuerpos? ¿Alguna información de la autopsia? —preguntó Sasagani.
Pero fue su compañera la que se encargó de responder por ella:
—Pero, espera —le cortó, tendiéndole de nuevo los informes—. Aquí dice que ninguna de las tres víctimas ha sido dada por muerta, es decir, al parecer, no han hallado sus cuerpos...
—Eso es. No hemos encontrado cuerpos, ni indicios de violencia. Por eso nos hemos negado a darlos por muertos, al menos hasta que encontremos alguna prueba sólida. Y ahí también entráis vosotros
—Puedo ir a preguntar a los amigos de Taka Shigeru... Por si vieron algo raro, e investigar el parque.
—Mis hombres ya interrogaron a los amigos del pequeño Shigeru, pero si quieres hablar con ellos puedo proporcionarte una lista con sus direcciones. El parque donde suelen ir todos los niños está cerca de la plaza central de Yachi.
Hada se volvió hacia Sasagani. ¿Qué haría él?
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Resistencia de Yota: 60 (+2)
Resultado final: +2 | Dificultad: +1
Éxito
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—¡Ay, Sasagani! ¿Estás bien, chico? —exclamó Hada, levántandose de golpe en su asiento y acercándose a toda prisa al muchacho para comprobar su estado. Afortunadamente, los cristales no habían llegado a clavarse en su piel y la anédota sólo se quedó en un pequeño susto. La mujer suspiró, visiblemente aliviada, y entonces se volvió hacia la puerta—. ¡Aru! ¡ARU!
—¿Señora? —El mismo mayordomo de antes no tardó ni un segundo en hacer acto de aparición.
—Por favor, Aru, limpia todo este estropicio. Hemos tenido un pequeño accidente por aquí.
—Por supuesto, señora. —Asintió el hombre, antes de volver a desaparecer.
No tardó en regresar con un cubo lleno de agua y una fregona. Y mientras los shinobi discutían sus siguientes pasos, el mayordomo se dedicó diligentemente a cumplir con su orden.
—Puedo ocuparme de investigar la muerte de Mata Negoba si es usted capaz de decirme dónde está su casa —dijo Amedama.
—Por supuesto —asintió Hada—. Podrás encontrar la casa de Negoba en lo alto de la colina que hay al este. El pueblo es bastante pequeño y no queda lejos de aquí, así que no tiene pérdida.
—Tal vez debería usted decretar el toque de queda la próxima noche de luna llena —sugirió el de Amegakure, pero la mirada de Hada se ensombreció notablemente.
—Chico... De verdad que me encantaría hacerlo. ¡Si otras fuesen las circunstancias lo haría sin pensarlo! —exclamó, visiblemente afligida—. Pero mañana es la Fiesta de la Cosecha, ¡el acontecimiento más importante de Yachi! No quiero ni imaginar lo que pasaría si llegara a anularse...
—¿Qué hay de los cuerpos? ¿Alguna información de la autopsia? —preguntó Sasagani.
Pero fue su compañera la que se encargó de responder por ella:
—Pero, espera —le cortó, tendiéndole de nuevo los informes—. Aquí dice que ninguna de las tres víctimas ha sido dada por muerta, es decir, al parecer, no han hallado sus cuerpos...
—Eso es. No hemos encontrado cuerpos, ni indicios de violencia. Por eso nos hemos negado a darlos por muertos, al menos hasta que encontremos alguna prueba sólida. Y ahí también entráis vosotros
—Puedo ir a preguntar a los amigos de Taka Shigeru... Por si vieron algo raro, e investigar el parque.
—Mis hombres ya interrogaron a los amigos del pequeño Shigeru, pero si quieres hablar con ellos puedo proporcionarte una lista con sus direcciones. El parque donde suelen ir todos los niños está cerca de la plaza central de Yachi.
Hada se volvió hacia Sasagani. ¿Qué haría él?
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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