2/11/2020, 19:33
Daruu miraba fijamente la mano de Yota con un nada disimulado estupor. «¿¡Pero qué hace este ahora!?» El mayordomo no tardó en venir a arreglar el estropicio que su compañero de misión había causado. Daruu se apartó ligeramente para facilitarle el trabajo.
Hada le dio al Hyūga la localización de la casa de Negoba, pero se negó en rotundo a establecer un toque de queda. El amejin estuvo a punto de contestar, pero fue interrumpido por Yota, y luego la conversación derivó a otro lugar. «Esta demente es capaz de sacrificar a los suyos por la celebración de una fiesta... no sé si está puesto a dedo o si en Yachi se elige al alcalde democráticamente, pero si es el primer caso creo que Dragón Rojo se equivocó de objetivo.»
«De cualquier forma, Yui sabrá de esto en cuanto vuelva a la aldea.»
Hada le dio al Hyūga la localización de la casa de Negoba, pero se negó en rotundo a establecer un toque de queda. El amejin estuvo a punto de contestar, pero fue interrumpido por Yota, y luego la conversación derivó a otro lugar. «Esta demente es capaz de sacrificar a los suyos por la celebración de una fiesta... no sé si está puesto a dedo o si en Yachi se elige al alcalde democráticamente, pero si es el primer caso creo que Dragón Rojo se equivocó de objetivo.»
«De cualquier forma, Yui sabrá de esto en cuanto vuelva a la aldea.»