10/12/2020, 11:54
La suerte apareció en forma de niña. Concretamente, una de los chiquillos que los habían asustado cuando llegaron a aquel lugar. Eri se acercó rápidamente al ver que estaba llorando y la observaba mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos.
La pelota olvidada estaba ahora en su posesión.
—¿Has... Has visto a Doro...?
Eri se temió lo peor. ¿Habría sido secuestrado también? ¿Acaso era una nueva víctima en todo esto? Tuvo el instinto de llevarse la mano al sello y comunicárselo a sus dos compañeros, pero se contuvo. Quizá no lo habían secuestrado... Eso esperaba.
—No, pequeña —dijo, acercándose a ella y colocándose a su altura—. ¿Quién es Doro? ¿Tu amigo que iba contigo hace un rato? —pensó en numerosas preguntas, pero se contuvo. No quería agobiarla tampoco y se la veía demasiado afectada como para poder interrogarla sobre Doro o sobre Shigeru.
La pelota olvidada estaba ahora en su posesión.
—¿Has... Has visto a Doro...?
Eri se temió lo peor. ¿Habría sido secuestrado también? ¿Acaso era una nueva víctima en todo esto? Tuvo el instinto de llevarse la mano al sello y comunicárselo a sus dos compañeros, pero se contuvo. Quizá no lo habían secuestrado... Eso esperaba.
—No, pequeña —dijo, acercándose a ella y colocándose a su altura—. ¿Quién es Doro? ¿Tu amigo que iba contigo hace un rato? —pensó en numerosas preguntas, pero se contuvo. No quería agobiarla tampoco y se la veía demasiado afectada como para poder interrogarla sobre Doro o sobre Shigeru.